La reunión de ministros de Exteriores de la CSCE, amenazada por el incidente del avión

La reunión en Madrid, la próxima semana, de los ministros de Asuntos Exteriores de los 35 Estados miembros de la Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperación en Europa (CSCE), estaba anoche en el aire por causa del incidente del avión surcoreano, y a pesar de las afirmaciones en contra de los diplomáticos españoles, que asegura, ron haber obtenido confirmación de las dos superpotencias de que tanto el norteamericano, George Shultz, como el soviético, Andrel Gromiko, mantienen los planes de viajar a la capital de España los días 7, 8 y 9 de septiembre.

La destrucción del Boeing 747 puede convertirse, a pesar de que los soviéticos niegan que sus cazas dispararan sobre el avión comercial, en la bola de nieve de acusaciones mutuas que en los próximos días alcance un grado de tensión que eche por tierra la oportunidad, en un clima de distensión, del encuentro ministerial colectivo. En todo caso, aunque la cumbre diplomática Regara a celebrarse (lo que, todavía, es lo más probable), se resentiría gravemente su espíritu, que estaría ya muy lejos de marcar "el reinicio de la distensión", como declaraba hace unos días el ministro español de Asuntos Exteriores, Fernando Morán.Diplomáticos occidentales y del Este expresaron ayer en privado su temor de que el encuentro se frustre, tras la breve reunión informal que celebraron las 35 delegaciones de la CSCE para seguir tratando del tema maltés.

Entre los delegados, el único tema de conversación era el incidente ruso-surcoreano y el nerviosismo se apreciaba especialmente entre los representantes soviéticos, que no quisieron hacer ningún tipo de declaraciones a la prensa ni a sus colegas de otros países representados en la conferencia.

La reacción occidental

En fuentes británicas de Madrid y Londres es donde se expresaban mayores dudas sobre el futuro de la cumbre ministerial, aunque el Foreign Office mantenía firme la venida del ministro Geoffrey Howe el martes próximo.

La reacción mayoritaria de los Gobiernos occidentales solicita de Moscú una explicación inequívoca y suficiente de lo ocurrido, y califica de antemano el derribo del avión comercial surcoreano y la muerte de 269 personas de un atentado contra la humanidad. Sin embargo, la negativa soviética a explicar lo ocurrido, a pesar de que existen senas dudas de que el piloto del jumbo no actuara deliberadamente ignorando las señales de aviso y órdenes de aterrizaje de los cazas rusos, puede provocar, sobre todo en Washington, una reacción negativa que impida o desvirtúe la reunión.

La atención de las cancillerías europeas estaba anoche pendiente de la reunión en Washington del Consejo Nacional de Seguridad, aunque, en Madrid, el Ministerio español dle Asuntos Exteriores continuaba los preparativos de la conferencia ministerial, en el convencimiento de que el incidente no llegarla al extremo de provocar un nuevo enfrentamiento Este-Oeste.

El hecho de que continúe la oposición maltesa al olocumento final de Madrid, con lo que la reunión ministerial no podrá clausurar formalmente la CSCE, hace que un incidente como el del jumbo surcoreano pueda ser más fácilmente utilizado para justificar la suspensión del encuentro a alto nivel.