_
_
_
_
Tribuna:TRIBUNA LIBRE
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El plan cuatrienal

Dada la situación, el Gobierno, por muy socialista que sea, no tiene otra salida que recurrir a la puesta en marcha de un plan de estabilización. Esta situación, a la llegada al poder del socialismo, ya era la menos, adecuada para la política de signo avanza do postulada por el PSOE sometida a los principios dogmáticos del viejo y superado cliché de la igualación social, con su insepa rable aparejo de disminución de beneficios, desestímulo de la in versión y aumento de la fiscali dad. En momentos económica mente críticos esta política es ab solutamente inviable, es más, es exactamente contraria a la que se precisa según contrastadas teorías. Baste observar que la sa lida de la crisis, que empieza ya a vislumbrarse más o menos clara mente en distintos regímenes de mocráticos del mundo, se articu la sobre planes de estabilización previa que, teniendo como meta insoslayable la rebaja del gasto público, ofrecen en todos sus as pectos signo absolutamente contrario a la política socialista clásica, que es la que ofreció el PSOE en las elecciones que le llevaron al poder.Socialistas conservadores y la ética en la política

Hasta qué punto es políticamente ético, para un partido político, cambiar de programa al llegar al poder en un giro copernicano de decisiones es tema evidentemente cuestionable, pero está claro que esta maniobra se va a realizar por el Gobierno que, olvidando sus promesas electorales, va a jugar una carta económica con bien pocas connotaciones socialistas y paradójicamente basada en las recetás conservadoras. De entrada, puede decirse que si un partido postula un programa ante un electorado y, una vez elegido, pone en práctica uno distinto, evidencia su parco bagaje ideológico y su excesiva ambición de poder. Y ambos son índices de una deshonestidad política.

La razón principal de esta versátil actitud del PSOE hay que encontrarla en el fracaso bien conocido de la política de Mitterrand en Francia. Tras dos años de intentos socialistas en el vecino país surgió la amenaza de hundimiento de la robusta economía francesa y el Gobierno decidió un plan de estabilización de la más pura y vieja ortodoxia que, olvidando incumplibles promesas y peligrosos intentos de nacionalización, retrotrajo su política económica a los conocidos moldes de la estabilización.

El PSOE, ante esta experiencia vecina y quizá también influido por el pragmatismo de los socialistas alemanes, va a pasar en el próximo año, de forma directa, a una política de estabilización en el esfuerzo, loable aun dentro de su posible deshonestidad política, de contener sus tendencias ideológicas para salvar la economía española de la única forma posible.

Próximas elecciones

¿Cómo reaccionará e"electorado, que basó su elección en un Programa para combatir el paro de forma directa y priraordial? Porque una política de estabilización es, por antonomasia, reductora de las fuerzas de empleo, al menos en el primer período de su aplicación, con lo que el plan de estabilización que el Gobierno ponga en marcliaa principios de 1984 equivale a que, at menos hasta el año 1987, no podrá aumentar sustancialrnente la oferta de trabajo. Paralelamente, todo plan estabilizador encierra una ralentización del ritmo salarial. Ya se ha trabajado sobre una cifra de inflación en 1984 por debajo del 8%, y ello envolverá forzosarriente una disminución de la retribución salarial a la cifra del 6% como máximo, aunque el índice de precios al final de 1983 no baje del 12%.

Quiere ello decir que los salarios van a ser sacrificados, en su dinámica, con cuatro puntos. ¿Qué explicación puede un Gobiérno socíalista dar a esta política que supone el desahucio de la que postularon durante las elecciones?

Revisión de las promesas gubernamentales

Al mismo tiempo, la estabilización lleva aparejada una fuerte congelación de beneficios empresariales si, al mismo tierripo, tenemos en cuanta que no será posible disminuir el coste de los créditos ante la contracción monetaria que el plan conlleva, ¿de qué forma se puede criticar al empresario porque no se lanza a invertir, cuando simultáneamente se le impone un plan de estabilización?

En teoría, sólo las grancies empresas y las multinacionales pueden neutralizar estos efec.os primitivos de la congelación de beneficios en las empresas. También posiblemente la barica, so pena de que la actuacióti. sobre coeficientes no tenga importantes alteraciones.

Paradójicamente, pues, la política socialista va a subvertir totalmente el arco de sectores sacrificados para combatir la crisis.

El empresario español va a verse tanto más afectado cuanto más pequeño sea, y los más castigados van a ser, junto a los asalariados, los empleados medios y todo aquel que viva principalmente de un sueldo, pues el poder de compra disminuirá, como ocurre en todo plan de estabilización. Junto a estos sectores, otro gran deprimidó será el campo, pues resulta prácticamente imposible evitar que los precios agrícolas sufran un nuevo desfase sobre las industrias.

Consecuencias del plan

El plan de estabilización requerirá, finalmente, la tantas veces solicitada contracción del déficit estatal. Esta. práctica, que es contraria a cualquier planteamiento socialista, se ha de producir en momentos en que las actividades estatales en el terreno empresarial, como Instituto Nacional de Industria (INI), Rumasa, Renfe, y otras participadas públicas, ya ofrecen pérdidas que se van acercando al billón de pesetas.

En resumidas cuentas, va a darse la paradoja de un Gobierno en el poder llevando una política económica contraria a sus promesas electorales y opuesta a su tradición ideológica. ¿Es ello consecuent e con el juego limpio de la democracia? ¿No puede, en su confusionismo, representar un descrédito dese stabiliz ador de todas las opciones que se ofrecen al país?

Una maniobra infantil de los socialistas

Conscientes del peligro que esta actitud encierra, los socialistas quieren al menos escamotear el nombre al plan, que no llamarán de estabilización, pero la maniobra, bien infantil, no engaña a nadie. Reputamos contraproducente para el equilibrio de nuestro régimen pluralista la rápida revisión de las promesas del PSOE y el subsiguiente comportamiento del Gobierno escamoteando su propia politica para aplicar la preconizada por la oposición. Si a ésta, además, no se le da en las Cámaras otro protagonismo que el puramente retórico se ejerce sobre ellas un claro chantaje político y una usurpación ideológica.

Juan de Arespacochaga es presidente del Grupo Popular en el Senado y ex alcalde de Madrid.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_