El Rey reafirma en la trascendencia política de la libertad y la democracia
El rey don Juan Carlos entonó ayer un canto a la libertad y a la democracia y, con un reconocimiento de los errores cometidos por los españoles en el siglo XIX, al no mantener el espíritu de las Cortes de Cádiz, clausuró los actos conmemorativos del bicentenario del nacimiento de Simón Bolívar. Horas después (en la madrugada española), el Monarca recibía el primer Premio Internacional Simón Bolívar, compartido con el líder surafricano Nelson Mandela, encarcelado desde hace más de 20 años. Las ceremonias han congregado en Venezuela a los jefes de Estado y ministros de las seis naciones bolivarianas.El Rey de España expresó ayer a todas las naciones americanas que la mejor celebración del quinto centenario del descubrimiento de América sería "que todos los conflictos existentes que no conocen un procedimiento de solución pacífica, o aquellos otros que están sometidos a un proceso de arreglo, entren en un camino cierto de encauzamiento y progreso, de manera que en 1992 todos ellos se encuentren definitivamente solucionados".
En el panteón del Libertador, situado en el centro de Caracas, don Juan Carlos recalcó que "sólo la igualdad ante la ley hace a los hombres libres, y sólo existirá esa igualdad si todos contribuyen a hacer la ley". Así, "la libertad deja de ser entendida como la limitación que el individuo pone a la codicia del poder, para pasar a ser vivida como la participación del ciudadano en la gestión del Estado. Desde entonces, las libertades exigirán la democracia como marco necesario para su ejercicio".
El monarca español, durante sus jornadas en tierras venezolanas, mostró una enorme y reconocida comprensión con las constantes referencias críticas de los que honraban la figura de Simón Bolívar a los antecesores de la Corona española y sus Gobiernos. Pasa a la página 3
El rey Juan Carlos establece en Caracas un paralelismo entre las Cortes de Cádiz y la Constitución española
Viene de la primera página
El Rey señaló ayer a los pueblos latinoamericanos representados aquí que "algunos no supieron o no quisieron comprender que la vigencia del antiguo régimen ya no era posible, cegados tal vez por el brillo de su grandeza, porque la empresa española en América fue una de las acciones políticas de más considerable magnitud que el hombre haya diseñado en todos los tiempos".
"Otros negaron, ofuscados por las innegables sombras, uno de los más elementales derechos políticos de los pueblos: el saber asumir el pasado. Si la lucha legal y paralela que los españoles de la Península emprendieron hubiera triunfado a su debido tiempo, la historia de nuestros pueblos hubiera sido escrita de otro modo", afirmó don Juan Carlos.
Horas después, cuando recogía de manos del director general de la Unesco, Majtar M. Bow, el primer Premio Internacional Simón Bolívar, el Rey volvió a insistir en que el Libertador americano, "profundamente instalado en la realidad de su tiempo, en el que se desploman las estructuras del antiguo régimen y con el de la fecunda utopía de la Monarquía hispánica, comulgaba también con las ideas que animaron a gran parte de sus contemporáneos, que en la Península trataban también de construir una sociedad nueva".
"El admirable esfuerzo de aquellas Cortes de 1812 que elaboraron la Constitución de Cádiz, que puede ser considerado el más importante monumento jamás dado por la metrópoli en beneficio del continente americano, vivifica hoy con su savia la Constitución española de l978", señaló el Rey.
La querella histórica
El presidente venezolano, Luis Herrera Campins, en nombre de sus colegas de Ecuador, Colombia, Bolivia, Perú y Panamá, recordó el significado histórico de la presencia de don Juan Carlos y doña Sofía en los actos, que "han puesto fin a la querella histórica de las dos Españas". "Nuestros pueblos saben o intuyen que algo histórico y trascendente está aconteciendo más allá de la trascendencia implícita en el mismo bicentenario del nacimiento del Libertador", dijo Herrera Campins.
El Rey, que hacia las tres de la madrugada, hora peninsular, emprendió viaje de regreso a España para estar hoy presente en la ofrenda al apóstol, en Santiago de Compostela, recibió el Premio Simón Bolívar compartido con Nelson Mandela, el líder nacionalista surafricano, de 65 años, al que el Gobierno de Pretoria mantiene encarcelado desde hace 20 años en un intento por acabar con el movimiento antirracista que él creó. Mandela, miembro de la familia real tembu, de Transkei, designó a su hija, Zenia Mandela, para recoger el premio.
En sus palabras de aceptación, don Juan Carlos tuvo también frases de compromiso con la lucha por la libertad de los pueblos africanos: "Reitero la decisión de España, de su Rey y de su Gobierno, de continuar prestando destacada atención a los problemas de África, y de apoyar activamente las justas causas africanas en todos los foros y muy especialmente la libertad total del continente a la lucha contra el apartheid, que el pueblo español rechaza como un agravio a la dignidad del hombre".
