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Reportaje:Un patrimonio cultural que despierta excesiva curiosidad

Lo que enseña el valle del Ebro

El valle del Ebro ha sido, a través de las diferentes etapas de la historia, lugar de asentamiento de importantes núcleos de población, lo cual ha motivado que actualmente aparezcan numerosos yacimientos arqueológicos a una y otra margen del río.En la actualidad, según manifestó a este periódico el director del Museo Provincial de Zaragoza, Miguel Beltrán Llori, se realizan excavaciones en Bílbilis (actual Calatayud), Moncín, en la comarca de Borja, Botorrita, Velilla de Ebro y en Zaragoza capital. Las excavaciones en la ciudad se prolongan durante todo el año no así en los otros yacimientos, donde' sólo se trabaja en los meses de verano.

En Calatayud se está trabajando en las termas y en la parte monumental de la antigua ciudad romana; durante los meses de agosto y septiembre se realizarán excavaciones en una cueva situada en Moncín, donde han aparecido diversos niveles, que van desde el neolítico hasta épocas romanas. En el poblado de Botorrita, cerca de la capital, se trabaja en la acrópolis, concretamente en el templo o lugar público descubierto; dirige estas excavaciones el catedrático de Prehistoria y Arqueología de la universidad de Zaragoza; en Velilla de Ebro, un equipo del Museo Provincial está trabajando en la denominada ciudad de Celsa, y en Zaragoza capital son varios los puntos del casco histórico donde se realizan excavaciones a lo largo de todo el año.

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El personal que participa en estos trabajos proviene de la universidad y el museo -son expertos e investigadores en arqueología- y otro grupo que proviene de los llamados campos de trabajo creados por el Instituto de la Juventud, del Ministerio de Cultura. En concreto, en Calatayud y Velilla de Ebro trabajan grupos de 16 personas, en turnos de 15 días; estas personas provienen de diversas regiones españolas, así como de países extranjeros, y por lo general son aficionados a la arqueología o relacionados con ella, aunque no expertos. Por otra parte, hay subvenciones de la Subdirección General de Arqueología y también colabora el Instituto Nacional de Empleo, contratando a los técnicos y peones de las excavaciones de Botorrita, Celsa, Bílbilis y Caesar Augusta.

En Zaragoza se firmó un convenio entre el Ministerio de Cultura y el ayuntamiento para realizar excavaciones: la corporación municipal aporta el equipo de técnicos, y el ministerio, además, de personal, corre con los gastos de las obras.

Las termas de Bílbilis

El turista o estudioso en estos temas puede visitar las excavaciones de Velilla de Ebro, donde se ha vallado el poblado y se pueden contemplar nueve calles con sus casas, aceras y calzadas. La cueva de Moncín, por ahora, es inaccesible al público, y en Calatayud hay una carretera que conduce a la ciudad de Bílbilis, donde se puede contemplar parte del teatro romano, del basamento de un templo, así como las termas, que se quieren tapar totalmente para hacerlas visitables por el público. En Botorrita el visitante puede admirar el espectacular, templo que se está reforzando y protegiendo para evitar su deterioro.

En Zaragoza capital las actuales excavaciones están cerradas al público, si bien desde las vallas se pueden ver los yacimientos. Está en proyecto comprar el solar donde se descubrió la cloaca máxima y acondicionarla para que pueda ser visitada por el público. A la hora de realizar los trabajos de excavación, ha sido en la capital donde han surgido los mayores problemas, debido a que los yacimientos se hallan en solares a cuyos dueños es necesario indemnizar. Según manifestó el director del museo, "el ayuntamiento no realizará permuta de solares y los propietarios afectados serán indemnizados por el Estado".

Por otra parte, un tema actualmente controvertido son las obras de restauración de la catedral de La Seo. Al principio los expertos no se pusieron de acuerdo en la forma de llevar a cabo la restaura ción de la parte afectada. Posteriormente, el Ministerio de Cultura anunció, el 8 de febrero de 1983, que se había aprobado un proyecto de seis millones de pesetas para las obras, de inmediata adjudicación.

El 21 de abril de 1983 Manuel Fernández Miranda, contestando a una pregunta de un senador socialista por Zaragoza, indicó que "se ha autorizado desmontar una de las columnas del templo y que a resultas del éxito que se obtenga: él se ha comprometido a presupuestar un plan de restauración de un proyecto global en vez de pequeñas partidas anuales". Lo único concreto del caso es que las obras están paralizadas.

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