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Reportaje:Un patrimonio cultural que despierta excesiva curiosidad

Teatro clásico y 'jazz', en el pasado romano de Itálica

La exhibición de espectáculos culturales en el antiguo anfiteatro de Itálica, que se lleva a cabo estos días en Sevilla bajo los auspicios de la Diputación, representa un ejemplo brillante de utilización práctica del patrimonio arqueológico, desde la base del respeto y la ausencia de agresión hacia el mismo. Paralelamente, en la provincia de Cádiz, riquísima en el terreno arqueológico, se está realizando una campaña de exploración de los fondos marinos de la bahía y la barra de Sanlúcar, con vistas a la creación de un museo marítimo.La campaña Festivales en Itálica obtiene hasta el momento aceptable respuesta por parte del público sevillano. El magnífico escenario y la fresca temperatura de las noches en El Aljarafe contribuyen a que espectáculos que cubren una gama desde la tragedia griega hasta el jazz resulten realzados, y propicia un acercamiento natural, casi insensible, del gran público al pasado romano de la comarca.

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Otro intento serio de poner la arqueología, en este caso la marítima, al alcance de todos es el que está desarrollando la Diputación de Cádiz, cuyo presidente, Alfonso Perales, está empeñado en la creación de un museo marítimo. La bahía de Cádiz, algunos puntos del Estrecho y, sobre todo, la desembocadura del río Guadalquivir, guardan aún enorme cantidad de restos.

Los buscadores de tesoros acuden con cierta frecuencia a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía en busca de permisos para buscar esos tesoros, cuya extracción, costosísima, sólo resulta rentable cuando se encuentra algo realmente valioso.

Galeote para un museo marítimo

La extracción de un galeote, nave capitana de la flota española en la batalla de Trafalgar, es el principal objetivo a conseguir cara a la creación de ese museo marítimo, del que dicha nave sería la pieza estelar. La Armada se halla comprometida en el empeño. El museo se completaría con muchas piezas de coleccionistas privados y, en un futuro, y si prospera la campaña de arqueología marítima que ahora se inicia, con todo lo que se pudiera extraer de la barra de Sanlúcar, banco de arena situado en la misma desembocadura del Guadalquivir en el que muchos barcos naufragaban a su regreso de América, camino de Sevilla, por donde pasaba todo el comercio de las Indias.

Pero en general, y como en todas partes, la recuperación y conservación del patrimonio arqueológico es una empresa difícil y cara, que enfrenta a quienes se empeñan en ella a situaciones claramente ingratas.

El nuevo director del patrimonio artístico de la Junta de Andalucía, Bartolomé Ruiz, arqueólogo malagueño, comentaba recientemente la paradoja de que la Casa de la Cultura de Málaga esté situada sobre el semiexcavado teatro romano de la ciudad.

Plan de prevención

El nuevo director prepara un plan de prevención contra el expolio arqueológico, desde la vigilancia para que no se construyan edificios sobre zonas en las que se sospecha o se sabe que existen yacimientos importantes hasta la persecución contra el pequeño expoliador de restos arqueológicos, y en especial contra los que con detectores. de metales recorren yacimientos en busca de monedas, actividad que se ha hecho frecuente en muchos puntos de Andalucía y que resulta altamente rentable, al parecer.

La inmensa riqueza de Andalucía en este terreno científico hace prácticamente incontrolable el expolio.

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