Tensión en Guatemala y crecientes rumores de golpe de Estado, desmentidos por el Gobierno de Ríos Montt
Las emisoras guatemaltecas transmitieron desde primeras horas de ayer música de marimba en cadena nacional, mientras que un locutor invitaba intermitentemente a mantenerse a la escucha porque muy pronto iba a difundirse "un importante mensaje". Ningún movimiento extraño en los cuarteles de la capital permitió confirmar la primera hipótesis de que se estaba fraguando un golpe de Estado. Cuatro minutos antes de las ocho de la mañana, hora local, se! restableció la programación habitual, tras la lectura de un comunicado gubernamental que el que se calificaban de "ridículos" los rumores de cuartelazo.
Los rumores golpistas, insistentes durante los últimos días, subieron de tono la noche del martes, tras unas declaraciones del coronel Francisco Gordillo, ex triunviro de la Junta presidida inicialmente por Ríos Montt, al informativo de televisión Aquí, el mundo, de marcado signo derechista. El militar, que acusó al presidente de Guatemala de querer aferrarse al poder durante cuatro años, anunció su pase a la clandestinidad, no sin antes pedir la salida del actual Gobierno en aras de la paz y la justicia.Este insólito anuncio provocó una reunión de urgencia del Gabinete, que se prolongó hasta altas horas de la madrugada de ayer en el palacio presidencial, sin que se hiciera público ningún comunicado oficial.
El coronel Gordillo fue uno de los integrantes de la Junta Militar constituída el 23 de marzo de 1982, tras el levantamiento de los jóvenes oficiales que derrocó al general Romeo Lucas. Cuatro meses más tarde, Efraín Ríos Montt disolvía la Junta para erigirse en único detentador del poder. Poco después, el coronel Gordillo fue designado agregado militar en Santiago de Chile -puesto que nunca llegó a ocupar- y después pasado a la reserva.
Es ésta la segunda fisura importante que se registra en las fuerzas armadas guatemaltecas en lo que va de mes. La anterior tuvo como protagonista al general Guillermo Echeverría, por entonces el militar número uno del escalafón activo, que el 5 de junio pidió la retirada del ejército a los cuarteles y la inmediata convocatoria de elecciones, lo que le valió su fulminante pase a la reserva.
El golpe que viene
En una carta pública al presidente, Echeverría vino a decir que en los últimos años dos ejércitos centroamericanos habían caído en crisis insuperables "por tergiversar su función y sus misiones y por aliarse a intereses políticos sectarios para compartir el poder". Se refería al nicaragüense, que fue aniquilado, y al salvadoreño.
Los rumores de golpe en Guatemala no constituyen novedad en los 16 meses de mandato del general Ríos Montt, que en varias ocasiones ha tenido que referirse públicamente a ellos. Un comunicado oficial de la presidencia admitió el lunes esta posibilidad, aunque advirtió que, de producirse, sería un golpe "sangriento".
El portavoz del Gobierno, Gonzalo Asturias, agregó que con ello se truncaría el proceso de apertura: la extrema derecha volvería a sus tradiciones electorales fraudulentas y la izquierda tendría nuevos argumentos para contraatacar. Reconoció que sectores políticos interesados en volver al pasado se habían acercado a oficiales del ejército para aconsejarles sobre la necesidad de un levantamiento.
El Gobierno de Ríos Montt ha culpado sistemáticamente a la extrema derecha de intentar desestabilizar el régimen, porque su puestamente habría visto mermados sus privilegios. En alguna ocasión se ha acusado directamente al ultraderechista Movimiento de Liberación Nacional (MLN) de alentar la conspiración. Este partido, que no quiso participar la pasada semana en el diálogo político convocado por el presidente, se vio forzado a publicar un comunicado en el que negaba su intervención en los distintos intentos golpistas.
Presionan los partidos
Una fuerza política moderada como el Partido Demócrata Cristiano, que ha mantenido una actitud de colaboración con el Gobierno, ha exigido igualmente que se clarifique el proceso antes de que termine el mes de julio, ya que en otro caso se estaría propiciando un golpe militar. El Partido Nacional Renovador, que formó alianza con los democristianos en las elecciones de 1982, pidió públicamente que se convoquen elecciones constituyentes antes del próximo 15 de julio, y que: éstas se realicen en un plazo máximo de 90 días. Ríos Montt anunció recientemente que los próximos comicios serían convocados en julio, aunque no concretó la fecha de su celebración. La descomposición interna del régimen guatemalteco se traduce en las críticas constantes de todos los sectores, que no se detienen ya ante las prácticas represivas del Gobierno. Los empresarios han arremetido contra Ríos Montt por el proyecto de reforma fiscal que pretende establecer el impuesto al valor agregado (IVA).
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