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La renuncia de pastora a la lucha, un alivio para el régimen sandinista

Dos meses escasos le ha durado la cuerda a Edén Pastora. Falto de apoyos internacionales, sin armas ni dinero para sostener este caro negocio de la guerra, ha decidido suspender la lucha contra los comandantes de Managua, en espera de tiempos más propicios. A diferencia de los grupos antisandinistas que combaten en el norte, formados básicamente por ex guardias somocistas, Pastora había conseguido en el sur incorporar a numerosos campesinos, pero le fallaron sus cálculos logísticos.El anuncio de este repliegue estratégico se produce apenas tres días después de que su organización Alianza Revolucionaria Democrática (ARDE) hiciera público en San José de Costa Rica el programa de gobierno: estricto respeto del pluralismo político, predominio del poder civil sobre el militar, economía mixta con una delimitación inequívoca de cada área de propiedad y convocatoria de elecciones legislativas en el plazo de un año constituyen los pilares de su proyecto político.

La suspensión de la guerra en el frente sur supone un alivio para el Gobierno sandinista, que podrá concentrar su esfuerzo en el Norte, donde ha de hacer frente no sólo a los ex guardias, sino a la amenaza de una confrontación abierta con el Ejército hondureño, agravada tras la muerte de los dos periodistas norteamericanos.

Pastora no ha ocultado nunca sus discrepancias con las Fuerzas Democráticas Nicaragüenses (FDN) que combaten en la frontera norte. En alguna ocasión ha Regado a decir. que prefería a los comandantes antes que una vuelta de los somocistas.

Al anunciar el cese de la lucha, Pastora culpó a "fuerzas nefastas de ultraderecha, que se apuntaron a cartas del pasado, momias que han sido enterradas por la historia". Se quejó de la falta de ayuda por parte de los Gobiernos democráticos de América y acusó en última instancia a la CIA de obstruir su lucha, al haber optado por los combatientes somocistas.

Este episodio añade nuevas dudas a la ya escasa credibilidad de Pastora. Nacido a la política en las filas del Partido Conservador, incorporado al Frente Sandinista en los años anteriores del triunfo, ocupó el cargo de viceministro de Defensa y jefe de las milicias populares antes de abandonar el país para sumarse a la guerrilla guatemalteca, objetivo que abandonó luego para encabezar la lucha contra los comandantes sandinistas bajo la bandera de Sandino.

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