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Tribuna:
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Contra una Universidad mediocre, iviva la huelga! / y 2

En esta serie de dos artículos, el autor replica al editorial de EL PAIS Una huelga despreciable, aparecido el 10 de junio. Emprende un fuerte ataque contra la ley de Reforma Universitaria y describe la actual situación de los profesores no numerarios, por cuyas reivindicaciones, dice, lucharon en otra época los actuales responsables del texto legal sobre la Universidad.

El movimiento de los PNN sigue, por tanto, tratando de recuperar con su lucha el tiempo perdido en la peor Universidad del mundo occidental, como es la española, que tiene pendientes todas las revoluciones: desde la neolítica, pasando por la del mayo de 1968 y hasta llegar a la de la informática y la comunicación, y que me temo que con la LRU va a perder de nuevo el carro de la historia, habida cuenta que con la mayoría absoluta que tiene el PSOE nada le impediría llevar adelante una transformación en profundidad, innovadora y experimental, que además apoyaría con entusiasmo el movimiento de los PNN y todas las fuerzas progresistas.Aquellos locos

Los que en el mayo de 1968 se rasgaron las vestiduras, pusieron el grito en el cielo, pidieron mano dura y condenaron como peligrosos subversivos a los que luchaban contra la Universidad centralista y burocratizada de los exámenes, oposiciones, lecciones magistrales, del poder mandarinil y de una concepción arcaica de los estudios y de la investigación, así como de su organización, condenaron también en su día enérgicamente la huelga de exámenes. Les traía sin cuidado que no hubiese clases por huelgas generalizadas, que éstas fuesen insufribles y que asistiese una parte reducida de los estudiantes, que los profesores hiciesen lo que les viniese en gana, que reinase una gran frustración e impotencia por la vigencia de una enseñanza alienante y de una organización de los estudios autoritaria y jerárquica. Lo importante era mantener las formas, las apariencias. El funcionamiento de aquellos mecanismos, dispositivos y engranajes que, como el examen y su realización, daban a entender que todo marchaba, que nos encontrábamos en el mejor de los mundos, a la postre, que el tinglado siguiese en pie, aunque por dentro estuviese completamente podrido. Y ya se sabe lo que significa que las cosas marchen en la Universidad: la realización de exámenes. Lo demás es pura filfa. La función hace y justifica el órgano. La función de un profesor, por encima de todo, es examinar para que la Universidad expida títulos.

Fue necesaria aquella gran sacudida de mayo de 1968, espontánea, incontrolada, provocadora, irreverente hasta el punto de poner en cuestión y centrar sus ataques en el polinomio lección magistral-apuntes-exámenes- oposiciones, mandarines-amos / negros-esclavos-plebe de los ignorantes, para que algo empezase a cambiar, para que empezase a hablarse de interdisciplinaridad, participación, autonomía, nuevas formas de elaboración y control de los conocimientos..., para que surgiesen centros experimentales como la universidad de Vincennes. Aquellos locos subversivos, en lucha contra el poder mandarinil, los exámenes, las oposiciones, la supercompetitividad, hicieron posible que entrase un poco de aire fresco en la Universidad, que más tarde, en parte, se plasmó en las leyes universitarias occidentales. Hoy, los defensores de la jerarquía, de las oposiciones, de los exámenes, del poder, del estado y del prestigio, sacan de nuevo sus abalorios, sus borlas, togas y birretes, su cultura y estado de hipocresía y ostentación que el mayo de 1968 había arrumbado radical y profanadoradamente y no dudan en salir a la calle presidiendo manifestaciones vestidos de esta laya para intentar cerrar definitivamente el paréntesis temporal abierto en 1968, durante el cual se tambaleó el gran tinglado; el adocenamiento, el cada uno para sí, por oposición y con la navaja en la boca; y ante la profunda decepción de los que lucharon muy activamente para que el cambio sirviese para cambiar la vida y no sólo los cuadros de los despachos. Para que al menos en la Universidad, en la cultura y en la investigación se pisase el acelerador a fondo, abriendo de forma irreversible nuevos espacios de libertad, confrontación, convivencia y trabajo solidario. Lo que, evidentemente, es y era muy dificultoso, porque acabar con los hábitos heredados de 40 años de dictadura y de varios siglos de tradicionalismo iba a resultar muy arduo. ¿Pero es que alguien esperaba que la profundización de la democracia, el socialismo, iba a ser cosa de coser y cantar, que la derecha, que los privilegiados, renunciarían a sus exorbitantes privilegios con la sonrisa en los labios, agradeciendo que se les hubiese abierto un sendero luminoso?

Como dioses..

El problema, por tanto, no es la huelga de exámenes, que, según dice EL PAIS, afecta a más de 50.000 estudiantes. El problema realmente es que hay penenes aspirantes a ser como dioses y entrar en su reino, el de los funcionarios catedráticos, y que están dispuestos a pagar por ser profesores. El problema es que hay profesores universitarios que única y exclusivamente se consideran o se sienten como tales por el hecho de examinar, en lo que reside su ser y su poder, el que pasen por las horcas caudinas de los exámenes y de las oposiciones los estudiantes u opositantes para que sepan lo que es bueno y quién es el que tiene, en último término, la sartén por el mango, importándoles un comino el estado de la docencia y de la investigación.

El problema es que hay profesores que son conscientes de que, si son dóciles, disciplinados, serviles, negros, pertenecen a una buena cuadra o a una buena familia que les permita ampliar estudios en el extranjero, en las universidades de elite, mientras que la plebe profesoral, carne de cañón, hace el trabajo sucio, podrán recibir como premio de su "lealtad, currículum, origen familiar", el acceder, representar, a la cámara de las esencias, de los elegidos, a la Academia, Cultura y Ciencia con mayúsculas, de las que serán los legítimos albaceas y depositarios que, ungidos de la competencia legítima que da el origen familiar, el hacer exámenes como sea, el pasar las oposiciones como sea, el haber estado en Oxford, Cambridge, California, el saber citar en el momento oportuno a Marx y Marcuse, les permitirá convertirse en infalibles redentores desde el poder, desde donde otorgarán las reformas y los proyectos con magnanimidad y sapiencia indiscutible e indiscutida. ¡Ay de aquel que ose criticarlos y plantarles cara! Sobre él caerá la maldición eterna, que si, por un casual, se ve refrenada por el oráculo todopoderoso del país, están aviados.

El problema es que una buena parte de los estudiantes por lo único que se preocupa es por el aprobado como sea. Les trae sin cuidado que el material de estudio se expida en serie en la fotocopiadora, que la LRU no les nombre y se despache en verano con la mayoría automática del botón. Por supuesto, democracia parlamentaria soberanísima, pero bien triste y deprimente cuando quien lleva a cabo este procedimiento es un Gobierno de izquierdas que había hablado de otra forma de elaborar las leyes que no consistiese en que cinco señores elaboraran un texto que sin consultar a nadie, deprisa y corriendo, lo pasen por la apisonadora parlamentaria.

Lo más chocante es que EL PAIS, me temo que por lo que él tantas veces ha condenado como amiguismo, haya tenido que llegar al extremo de, machacando e insultando al movimiento de los PNN para apoyar la ley, defender los exámenes en la peor Universidad del mundo occidental, la más burocrática, mandarinil, arcaica, mediocre y miserenta.

Otro gallo cantaría si se hubiese producido una gran sacudida, una gran movilización estudiantil y profesoral, una huelga general de exámenes o un aprobado o sobresaliente general que desmontase este podrido tinglado, que pusiese al descubierto todas las vergüenzas e inmundicias, todos los tejemanejes, componendas y corrupciones que alberga esta alma mortis.

El reino de los opositores

El editorialista de EL PAIS y el MEC pueden estar de enhorabuena, porque hay bastantes profesores que estarían dispuestos a ir a la huelga, incluso a la de hambre, para hacer exámenes. Hay un verdadero furor examinador, opositor. Los estudiantes, los opositores, se devoran los unos a los otros, no se prestan los apuntes y los materiales de trabajo, se ocultan entre ellos la información y los datos. Se llega hasta la agresión. Maravall y el editorialista de EL PAIS pueden estar tranquilos, España entera es, si no se remedia, y el PSOE parece que no está dispuesto a remediarlo, aunque algunos estamos dispuestos a hacer todo lo posible para que no sea así, un país en oposiciones.

Por último, querría darle al editorialista de EL PAIS y al MEC una última información, permitiéndome hacerle una recomendación a este gran diario nuestro, a pesar de editoriales tan deleznables como la de los PNN.

La información consiste en señalar cómo en Alemania la elaboración de la ley de Universidades llevó cinco años, con consultas y concertaciones constantes con todos los sectores implicados. En la actualidad, el Gobierno socialista francés de Pierre Mauroy, para elaborar la ley de Reforma Universitaria, primero encargó a una comisión de expertos un estudio real sobre la situación en todas sus dimensiones de la enseñanza e investigación en Francia, que fue publicado. Después, abrió un período, promovido por el Ministerio de Educación, de consultas y con certaciones que, con base en un cuestionario, dio lugar a que el ministerio recibiese a 115 organizaciones de los diferentes sectores universitarios. Lo cual no impidió que se manifíestasen graves conflictos estudiantiles y, una vez más, el ministro de Educación, Savary, y Pierre Nlauroy recibieron a los estudiantes, recogiendo varias de sus propuestas planteadas desde una situación conflictiva. Así se llevó la ley al Parlamento, donde está discutiéndose en estos momentos. Al, respecto, son de señalar las declaraciones realizadas por Maurice Duverger sobre la situación del socialismo en Francia a El Correo Español-El Pueblo Vasco el 31 de mayo de 1983, en las que declaraba: "Ciñéndonos a la Universidad, toda reforma provoca huelgas, a no ser que se haga por decreto en las vacaciones.

Finalmente, recomendaría a EL PAIS, que tan preocupado está con el gremíalisnio universitario, que hiciese una investigación o reportaje sobre los temas siguientes: dotación y distribución de las cátedras y personas que las ocupan, así como cargos y empleos que desempeñan; dotación en infraestructura, servicios universitarios, recursos, personal auxiliar, administrativo y técnico, bibliotecas, laboratorios, etcétera, en las diferentes universidades y en el interior de cada universidad; número y control de las revistas especializadas, así como superposición de los consejos de redacción según los distritos y en el interior de cada distrito; asignación de los proyectos de investigación, becas, institutos, control de las realizaciones o en trance de serlo; distribución y asignación del piresupuesto y de los recursos en los departamentos, institutos de investigación, facultades, ices y universidades.

es profesor de Sociología. Miembro de la Comisión Negociadora de la Coordinadora Estatal de PNN.

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