El Ministerio de Educación, a favor de que el escritor Joan Fuster sea nombrado catedrático de Universidad
"El Ministerio de Educación y Ciencia vería con muy buenos ojos el nombramiento de Joan Fuster como catedrático", ha manifestado a EL PAÍS la secretaria de Estado de Universidades e Investigación Carmina Virgili. "Ello es posible porque la legislación vigente permite el nombramiento de catedráticos con carácter extraordinario para las personas que, como Fuster, reúnen méritos excepcionales".
"Si no se ha hecho hasta ahora", precisó, "es porque en esta Secretaría de Estado no existen antecedentes escritos de solicitudes en tal sentido con referencia a Fuster. Ninguna institución universitaria ha lanzado la propuesta para ello y es preceptivo que sea una universidad el organismo que la formule".En el caso de que hubiera una propuesta de nombramiento procedente de una universidad, habría de ser tomada en consideración posteriormente por la Junta Permanente del Consejo Nacional de Universidades (consejo de rectores). "El Ministerio acogería, en ese contexto, muy favorablemente la propuesta y la haría suya", aseguró Carmina Virgili.
Estas afirmaciones suponen una clara toma de postura del Ministerio en torno al caso Fuster. El reciente contrato del escritor como profesor no numerario de la universidad de Valencia ha provocado una situación tirante en ambientes académicos.
Como ha venido informando este periódico, la facultad de Filología de la universidad de Valencia solicitó el 1 de febrero de 1982 el nombramiento de Fuster como catedrático extraordinario. Varias facultades más se sumaron a la petición y se inició una campaña de recogida de firmas, de las que se llegaron a reunir unas 15.000, entre ellas las de los alcaldes de las principales ciudades del ámbito lingüístico catalán -Perpiñán, Gerona, Lérida, Tarragona, Castellón de la Plana, Valencia, Palma de Mallorca y Alicante. Según ha manifestado el rector de la universidad de Valencia Joaquín Colomer a este periódico, la petición no se llegó a plantear formalmente porque el consejo de rectores había acordado el 26 de enero de 1982 que las propuestas de nombramientos de catedráticos extraordinarios que se formulasen se recondujesen por las disposiciones relativas al nombramiento de catedráticos contratados.
Éste acuerdo, que se tomó a petición del Ministerio de Educación y Ciencia, al frente del cual se encontraba Federico Mayor Zaragoza, suponía la utilización práctica de la vía que dispone que los que serán nombrados catedráticos habrán de estar en posesión del título de doctor. Según la vía prevista en el Decreto 1943/79, de 3 de agosto, que fue la que se acordó no utilizar, este requisito no era necesario.
Sin embargo, puesto que este decreto no ha sido derogado, el Ministerio parece estar dispuesto a utilizarlo ahora, siempre que se formulen las propuestas adecuadas.
Puesto que la facultad de Filología ha hecho público recientemente que mantiene la solicitud de que Fuster sea catedrático extraordinario, es probable que en la próxima junta de facultad tome un nuevo acuerdo en tal sentido. Colomer dijo ayer que si hay una petición formal de que Fuster sea nombrado catedrático y hay un pronunciamiento expreso del Ministerio contra el acuerdo que impulsó Mayor Zaragoza, tramitará la petición.
El rector de la universidad de Valencia negó que haya habido motivaciones extraacadémicas en el hecho de no haber tratado en junta de gobierno el posible nombramiento de Fuster como catedrático.
Por su parte, el conseller de Cultura y Educación de la Generalitat valenciana, Ciprià Ciscar, se pronunció ayer favorablemente al nombramiento de Fuster como catedrático, "aunque", precisó, "es a la Universidad a quien corresponde proponerlo, no a nosotros, que carecemos de competencia para ello".
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