Felipe González insiste que no será mediador del 'grupo de Contadora' en su próxima visita a Washington

El presidente del Gobierno español, Felipe González, reiteró ayer en Caracas que no será mediador del grupo de Contadora ante el presidente Reagan durante el viaje que realizará a Washington del 20 al 23 de junio próximo. "Los protagonistas de la iniciativa de Contadora", afirmó en una conferencia de prensa, "están más legitimados y más capacitados para hacerlo, y además nadie me ha pedido que lleve a cabo una acción de esas características". González añadió que de todos modos si surge la oportunidad no dejará de exponer a Reagan lo que él piensa de Contadora, de Céntroamérica y de la actitud norteamericana."Estamos en el borde del precipicio", dijo González para dar idea de la gravedad de la situación en Centroamérica, que a su entender no era explicada mediante esquemas geoestratégicos muy posteriores a la existencia de unas realidades y tensiones que vienen de hace más de treinta años, cuando la presencia de la Unión Soviética en la zona era inexistente. La paz, la libertad y el pluralismo tienen un valor en sí mismos y además un valor instrumental para resolver los problemas centroamericanos, porque son las situaciones de grave injusticia las que originan los conflictos en el área, según apreció el presidente español. En las etapas ya cumplidas de su actual gira por Latinoamérica -Santo Domingo, Bogotá, Cartagena de Indias y Caracas-, González ha tratado de transmitir a sus interlocutores el apoyo, respeto y simpatía que le merece la misión asumida por el grupo de Contadora.

En respuesta a preguntas formuladas en la conferencia de prensa, que celebró en el palacio de la Viñeta, donde se alojó durante su breve estancia en Caracas, el presidente del Gobierno español declaró que era razonable pensar que los valores cofnpartidos por la Internacional Socialista y la Demócrata Cristiana pudieran proyectarse en una acción conjunta sobre las zonas en conflicto, como América Central. Aludió. después a tos rumores de endurecimiento en la actitud de la Administración Reagan y señaló que la situación podría hacerse "irresistible e irreversíble".

Frenar la carrera armamentista

Preguntado por la instalación de una base militar norteamericana en Honduras, Felipe González consideró que el hecho supondría en principio un incremento de la tensión, que sólo descenderá si se comienza a rebajar el -nivel de armamento de la región. "Todo lo que sea aumentar el potencial armamentístico en la zona es un camino contrario a la paz", enfátizó. Interrogado por la destitución en Washington del secretario de Estado adjunto para Asuntos Interamericanos, Thomas Enders, respondió que le consideraba un profundo conocedor del problema centroamericano y que hace un año era presentado como una personalidad fuertemente partidaria de una posición dura.

Felipe González destacó el interés español por contribuir a las celebraciones del próximo bicentenario de Simón Bolivar y rescatar la presencia del libertador en España. Se declaró partidario de emprender la tarea de una revisión histórica que permita restablecer la verdad del descubrimiento, la conquista y la colonia con sus grandezas y sus míserias, pero sin distorsiones introducidas por quienes quisieron sustituir la influencia española después de la independencia americana. Destacó el valor simbólico de reencuentro que tendrá la presencia del Rey de España en las solemnidades que con motivo del bicentenario tendrán lugar en julio en Caracas.

El clima político de la acogida al presidente español registró un alza de temperatura con el afectuoso discurso pronunciado por el presidente Luis Herrera Campins durante el almuerzo que le ofreció en el palacio de Miraflores, donde le impuso el Gran Cordón de la Orden del Libertador, máxima condecoración de la República. Herrera Campins subrayó la importancia de la adhesión española al convenio Andrés Bello de integración educativa, científica y cultural de los países de la región andina, para posteriormente pasar de puntillas sobre las frustraciones bilaterales causadas por la cancelación de algunos ambiciosos proyectos formulados durante la presidencia de su antecesor, Carlos Andrés Pérez. Felipe González incluyó en su programa sendas en trevistas con los candidatos a la presidencia, el democristiano del Copei, Rafael Caldera, y el social demócrata de Adeco, Jaime Lusinchi, pero se esforzó por mantener una estricta neutralidad, sin manifestación alguna de simpatía que hubiera podido ser vista como injerencia o causado susceptibilidad en las autoridades venezolanas.

La etapa que se cumple en Panamá parece algo devaluada una vez que se ha conocido la ausencia del país del general Paredes, jefe de la Guardia Nacional, y del influyente coronel Noriega, que se encuentran en Washington para celebrar conversaciones políticas.