'Begin the beguine'

El llueve sobre mojado de la enésima operación de castigo de los airados -y bárbaros- agricultores del Mediodía francés contra los camiones españoles pone una vez más de manifiesto aquello que verdaderamente subyace en el tema. De un lado, la complacencia cuando no la complicidad de las autoridades francesas con las actuaciones de algunos de sus ciudadanos. De otro, la injustificable lenidad del Gobierno español ante unos hechos frente a los que ahora los socialistas, como antes los centristas, muestran una absoluta incapacidad de reacción. (...)El temor a empantanar definitivamente el proceso de integración en la CEE a partir de un veto francés, los peligros que para el turismo en España podría significar una actitud poco cooperante de Francia y aun la necesidad de contar con la colaboración de París en la lucha contra el terrorismo de ETA son algunos de los elementos que explican -que no justifican- la ineficacia de Madrid. Con Morán, especialmente sensible a una cooperación global con Francia en otras áreas, como la iberoamericana, se sigue, pues, una política similar a la desarrollada por Oreja y Pérez Llorca: dejarse llevar por los acontecimientos y a posteriori reaccionar tibiamente con la consabida protesta formal destinada á perderse en el limbo del olvido...

La nueva acometida de los agricultores franceses ha remitido de momento y el ministro francés del Interior, Gaston Deferre, ha dado a su colega español todo tipo de seguridades de que el Gobierno y las autoridades francesas van a hacer todo lo posible para que no se produzcan más agresiones. Nadie cree realmente en estas promesas. A la vuelta de unos meses, y quizá coincidiendo con el núcleo de trasiego turístico veraniego, los vándalos del Rosellón volverán a cortar las carreteras, destruirán unas cuantas toneladas de frutas y hortalizas españolas y recomendarán a los turistas de terceros países que no disfruten de sus vacaciones en España. Y la próxima primavera, begin the beguine.

22 de mayo.