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Las lluvias caídas hasta ahora han salvado la cosecha de cereales y los pastos nuevos

Las lluvias que han caído no han podido ser mejores, sobre todo por la oportunidad. En esta quincena de abrid se decidía todo, y ahora se ha salvado al menos la mayor parte de la cosecha de cereal". Esto manifestó ayer a este diario el subdirector general de Servicios Periféricos del Ministerio de Agricultura, Mariano Maraver. Aunque todavía se están recopilando datos precisos sobre los efectos del régimen de precisos que ya dura una semana, y en la agricultura se tardará aún más en tener resultados definitivos, puede afirmarse que el agua caída ha salvado la cosecha de verano y los pastos de primavera. Tendrá en cambio, menos incidencia en la recuperación de los pantanos y, por tanto, en el suministro a los riegos y, sobre todo, a las poblaciones.

Los efectos de las lluvias sobre la agricultura sólo podrán estimarse con exactitud ocho o diez días después de que termine el régimen de borrascas, que por el momento continúa sobre España. No obstante, puede adelantarse que han caído entre 50 y 70 litros por metro cuadrado en las zonas del oeste, centro y sur de la Península, lo que, con estar lejos de los aproximadamente 150 litros que eran necesarios para restablecer el déficit de agua, ha sido decisivo para salvar las cosechas. No obstante, la situación sigue siendo mala en zonas como el bajo Aragán y el Sureste, donde ha llovido menos.El estado del campo se ha aliviado hasta el punto de que ahora puede obtenerse una cosecha normal, e incluso buena si la primavera es normal en cuanto a humedad y temperatura, en la mayoría de las zonas. Aunque aún no se habían consumado los daños, la expectativa era angustiosa ante la posibilidad de perder unos 100.000 millones de pesetas en la agricultura, lo que habría sido inevitable de haberse prolongado la sequía hasta mayo, porque los secanos se habrían agostado.Sin embargo, el agua ha llegado justo antes de que el cereal sembrado en invierno comenzase a espigar, que es el momento, más que ningún otro, en que se decide la cosecha. Para el cereal que se siembra en primavera el efecto de las lluvias ha sido "fenomenal", según Maraver. Las zonas -más beneficíadas son las mesetas norte y sur, Extremadura y Andalucía Occidental.

La feria, mojada

En el área de Sevilla, por ejemplo, se han recogido 90 metros por metro cuadrado en el observatorio meteorológico de San Pablo, durante los días de la Feria de Abril sevillana. Prácticamente ni uno solo de los días de la feria ha dejado de llover. Las lluvias fueron intensas los días 17 (domingo de prefería), con 11,2 litros recogidos; 20, con 40,2 litros; 22, con 12,1 litros, y 24, con 25,8 litros por metro cuadrado.Pese al obstáculo que para la brillantez de la Feria de Abril ha supuesto la lluvia, que, por ejemplo, destrozó decenas de miles de farolillos y obligó a suspender corridas de toros, la sequía y la situación de los pantanos que abastecen la ciudad han hecho que los sevillanos acojan con satisfacción el agua, al margen de la fiesta.

En la meseta, al estar las siembras más atrasadas, puede esperarse que gracias a las lluvias crezca el cereal sin dificultad. En cambio, los daños pueden ser ya irreversibles en algunas zonas del Sur, especialmente la provincia de Huelva, porque. las siembras eran más precoces, a pesar de que en este área ha llovido intensamente. También falta agua en el bajo Aragón, Andalucía Oriental y Levante, donde ha Dovido de forma insuficiente en estos días. No obstante, en las zonas donde la situación persiste más grave se estima que aún puede salvarse entre el 40% y el 60% de la cosecha, si en mayo no aprieta demasiado el calor y hay una cierta humedad.

Hay que advertir que en las cabeceras del Guadalquivir y el Segura, así como en general en el macizo de sierras al norte de Andalucía, la situación era menos angustiosa, debido a las nieves y lluvias que cayeron en el mes de febrero. Estas precipitaciones no habían beneficiado en cambio al centro. En cuanto al norte de la Península, no existía ningún problema, porque el régimen de Uuvia ha sido bueno durante el inviemo.

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También para la ganadería los efectos serán muy beneficiosos, ya que las lluvias caídas permitirán que nazcan pastos de primavera, sobre todo en Extremadura y el norte de Andalucía. La duración de estos pastos dependerá, no obstante, del momento en que aparezcan los calores fuertes preveraniegos. Además, las precipitaciones contribuirán a salvar el abastecimiento necesario para que los animales beban, ya que comenzaban a secarse los manantiales.

Regadíos

El balance es menos optimista en lo que respecta al nivel embalsado en los pantanos y a los regadíos que dependen de ellos, y en cualquier caso las estimaciones son muy provisionales, porque la lluvia caIda tarda más en notarse. Con todo, se piensa que los más beneficiados serán los que se abstecen de las zonas centrales.

Las expectativias siguen siendo negativas especialmente en la cuenca del Guadiana y en la cabecera de la del Tajo, ésta por lo que respecta a la posibilidad de trasvasar agua a la cuenca del Segura. En las zonas de ragadío del Guadiana ya falta agua para regar, y en la del Tajo tendrán que dosificar los recursos.

No obstante, la lluvia caida ya supone un ahorro en un doble sentido: por un lado, equivale a un riego general en las huertas, y por otro ha hecho innecesario hacer riegos de socorro para salvar cereales o cultivos permanentes como los frutales. Este ahorro permitirá reservar el agua para cultivos que, como el, algodón, dependen de los riegos en primavera

De cara al futuro, las fuentes consultadas estiman que es bueno que siga lloviendo, fundamental que no haga excesivo calor y conveniente que en los últimos días de la primavera vuelva a caer algo.

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