Intoxicados un tercio de los agricultores leridanos que trabajan con fungicidas

El 36% de los trabajadores del sector de fabricación y comercialización de productos citosanitarios y fungicidas para la agricultura, en Lérida, presenta un nivel muy preocupante de intoxicación crónica o enmascarada en otros diagnósticos, según unos análisis del Gabinete de Higiene en el Trabajo de la Generalitat. De otra muestra de trabajadores agrícolas que usan estos productos para la fumigación de naranjales en Castellón, un 13% sufre "alteraciones graves de su salud". Por otra parte, en una encuesta a 705 agricultores andaluces que utilizaron pesticidas, fue detectado un 3% de mortalidad por intoxicación.

Estos datos han sido subrayados e el primer Simposio sobre Riesgos Laborales de los Productos Citosanitarios, celebrado recientemente en Lérida con la organización del Departamento de Trabajo e la Generalitat y al que han asistido 130 expertos de Cataluña, Huesca, Madrid y Castellón. En este coloquio, en el que han participado representantes de Sanidad, Trabajo, Comercio, sindicatos agraarios y fabricantes de productos citosanitarios, se ha puesto de manifiesto la necesidad de "aplicar en un mismo sentido y de manera coordinada por parte de la Administración la legislación existente sobre este tema, que a pesar e ser muy exhaustiva se encuentra muy dispersa".Más de 4.000 productos para eliminar los insectos y proteger los cultivos se comercializan en España, con un volumen anual superior las 30.000 toneladas. Estas materias contienen sustancias tóxicas, una de las cuales es la familia de los organofosfatos. Su afección al organismo humano se centra, a través de algunas enzimas, en los riñones y el hígado. Su presencia en la sangre puede detectarse a través de análisis, aunque las intoxicaciones que produce aparecen muchas veces como crónicas o encubiertas en forma de mareos, debilidad muscular, falta de aire o temblores.

El conjunto de análisis realizados al centenar de obreros de las asas comercializadoras de estos productos en Lérida, en los dos últimos años, indica los porcentajes de la colinesterasa en la sangre, sustancia que revela los índices de intoxicación. Así, de la muestra de trabajadores, un 2% se situaba en el mínimo (1900 unidades por litro) de colinesterasa; un 34% tenía entre 1900 y 2000 u/l., índice que se considera el mínimo aceptable pero con riesgos continuos. Este porcentaje total del 36% cercano a la intoxicación queda reducido a sólo un 3% en otros trabajadores que pertenecen a distintos sectores industriales.

Estos porcentajes coinciden, según el estudio, con los síntomas más corrientes en este tipo de intoxicaciones: así, las personas analizadas y con índice mínimo de colinesterasa presentaban también un alto porcentaje de debilidad (52%), sensación de falta de aire (35%), vómitos (23%) y temblores (23%). "Existe un riesgo de intoxicación crónica o subterránea dada la no hermeticidad de muchos de los envases en los que se presentan los productos citosanitarios", según este estudio, dirigido por el ingeniero Jordi Guimet. Este riesgo se agrava con las altas temperaturas veraniegas que favorecen la evaporación de los productos y durante el transporte de los sacos que los contienen y que normalmente se realizan en furgonetas donde no hay separación suficiente entre el conductor y la carga. Es también reveladora la incidencia de los pesticidas en los trabajadores del campo de Castellón que fumigan las plantaciones de naranjales, según un estudio elaborado a partir de 1977.