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Julio Diamante denuncia 'la censura económica' contra el festival de Benalmádena

Concluye en Játiva la Muestra de Cine de las Nacionalidades

La II Muestra de Cine de las Nacionalidades, que se clausuró el sábado, si bien los pases de filmes prosiguieron hasta el domingo, ha sido foro de debate entre políticos y cineastas sobre la política cinematográrica de los Gobiernos de las autonomías. En las jornadas, Julio Diamante, director de la Semana Internacional de Cine de Autor de Benalmádena (SICAB) cuya última edición no se ha realizado por suspensión de la subvención oficial del Ministerio de Cultura, expresó que con el Gobierno socialista "se ha practicado un acto del censura contra nosotros, porque la censura económica es la más grave".

La fase actual de transferencias de competencias del Gobierno central a las autonomías ha significado, en su opinión, que la SICAB no se pueda realizar, porque el ministerio cortó la subvención por entender que corresponde a la Junta de Andalucía, mientras el Gobierno andaluz remite esta responsabilidad al ministerio."Las subvenciones están resultando como un balón que flota entre unos y otros", afirmó Diamante. "Creo que los festivales internacionales como el de Benalmádena tienen que ser apoyados no sólo por el Gobierno autónomo, sino además por el Ministerio de Cultura a nivel de Estado".

El otro cineasta del debate, el joven director vasco Iñaki Núñez, invitado por la muestra para pasar su filmografia (Toque de queda, Sueño y mentira de Franco y otros filmes), denunció la falta de apoyo del Gobierno vasco a los cineastas y, en general, a los artistas y hombres de cultura. Como índice de esta situación, explicó que este año sólo se habían producido 45 minutos de cine vasco, mientras antes se alcanzaban hasta las cuatro horas.

"En el terreno cultural sólo existe una obsesión por el euskera", afirmó Núñez. "El PNV recibió las transferencias y no da cuenta a nadie de ellas. Por otra parte, se invierte el dinero que sea en la televisión vasca, rechazando a los profesionales del cine vasco para trabajar". Núñez reclamó una nueva legislación de cine que acabe con el patemalismo.

Antonio Asunción, director general de promoción artística de la Generalitat valenciana, puso la nota realista al afirmar: "No esperamos gran cosa de las transferencias, porque el Estado también transfiere miseria y problemas sin resolver". En cualquier caso, en la Comunidad Valenciana, donde precisamente se están negociando estas semanas las transferencias de cine y teatro, se dará el primer paso convocando unas jornadas de los profesionales del cine para determinar el programa de trabajo que la Generalitat aplicará.

Entre tanto, según dijo Asunción, para las subvenciones, y ante la falta de presupuesto de la Generalitat, ésta ha optado por adelantar a través de ayuntamientos estos fondos. También consideró que los festivales internacionales no deben ser necesariamente competencia exclusiva del Ministerio de Cultura.

En este sentido también se expresó Josep Pons, director de la Mostra de Cinema Mediterrani, certamen internacional que promueve el Ayuntamiento de Valencia, al reclamar mayor comprensión porque "por primera vez se vislumbra un intento serio de poner orden y hacer funcionar el cine de las nacionalidades". Justificó situaciones como la de Benalmádena en la fase de adaptación creada por la negociación de transferencias.

La aportación internacional al debate procedió del francés Guy Cavagnac, director del Atelier Cinématographique de Sirventes, quien recomendó la apertura de salas de cine en el medio rural, donde llegarán antes las nuevas tecnologías que el viejo cine, si no se pone remedio a su desamparo. En su opinión, el Gobierno Mitterrand ha acertado con su política cinematográfica al abrir cinco centros de producción, subvencionados por tres años, fuera de París, uno de ellos el de Sirventes, para potenciar el cine vinculado a las culturas nacionales y regionales.

Medio centenar de películas y exposiciones y debates paralelos han marcado la continuidad de este festival, no competitivo.

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