_
_
_
_
_
La fiesta del libro

Editores y libreros valoran la actitud de la nueva Administración y temen la crisis del mercado latinoamericano

Este año el Día del Libro se presenta bajo un signo esperanzador -la actitud más abierta y comprensible de la nueva Administración-, pero también con la amenaza de la crisis económica que se ha abierto, sobre todo en los mercados latinoamericanos del libro. A pesar de que España se sitúa en quinto lugar en el mundo por número de títulos editados -30.127 en 1982-, preocupa el escaso nivel de lectura. Con la intención de fomentar la lectura se celebran hoy diversos actos, entre ellos la entrega por los Reyes del Premio Cervantes al poeta Luis Rosales y la recepción que los Monarcas ofrecerán a personalidades del mundo de la cultura. Barcelona continúa, por otra parte, su tradición, arraigada durante años, de actos de apoyo al libro en la fiesta de Sant Jordi.

, La principal preocupación de los sectores implicados en el libro -Administración, editores, libreros y escritores- es conseguir que aumente el hábito de lectura del español, considerado como uno de los más bajos de Europa, ya que el 64% de los españoles no lee casi nunca un libro, el 92% no acude a las bibliotecas y el 8% de los hogares no tiene ni siquiera un libro.Ante estas perspectivas los editores, libreros y escritores han acogido con esperanza la actitud de la nueva Administración, que ha anunciado cambios estructurales a medio y largo plazo, sobre todo en lo referente a las bibliotecas y en la promoción del hábito de la lectura desde los niveles más elementales de la enseñanza.

En diálogo con los responsables de la política del Libro del Ministerio de Cultura estos sectores, aglutinados y coordinados en el Instituto Nacional del Libro, ya han expuesto los objetivos que según ellos debe tratar de conseguir una política del libro y dicen que por lo menos han encontrado una actitud receptiva y de buena voluntad por parte de la nueva Administración, aunque son conscientes de que se trata de un problema que requiere una solución a largo plazo.

Quinta potencia mundial

En 1982 España ha sido la quinta potencia mundial de producción de libros (después de los Estados Unidos, Gran Bretaña, URSS, República Federal de Alemania y Japón) con cerca de 270 millones de ejemplares editados sobre 23.213 títulos (de los que 21.355 han sido nuevos títulos). Traducidas en pesetas estas cifras ascienden a un nivel de producción que sobrepasa los 120.000 millones de pesetas de los que 35.000 millones corresponden a las partidas por exportación.

A pesar de que hasta ahora la industria del libro ha mantenido un ritmo de crecimiento aceptable -"gracias a que la industria editorial española crea y genera libros que son muy competitivos en los mercados más desarrollados", como dice Francisco Pérez, presidente de la Federación de Gramios de Editores de España- el panorama que se ha abierto en 1983 no es tan esperanzador debido a la crisis económica que afecta a los países latinoamericanos que más compran libros a España y que en lo que va de año ya ha hecho perder a los editores varios millones de pesetas.

"La Administración tiene que plantearse ahora", explica Francisco Pérez González, "si el libro español debe seguir presente en Latinoamérica donde tiene raíces desde hace 70 años. Las fortísimas devaluaciones producidas en países como México, Argentina y Venezuela han afectado seriamente a las editoriales españolas. Esperamos que se intensifiquen ahora las medidas de apoyo a la exportación sabiendo que el mercado interior está saturado y su demanda no crece como sería de esperar".

Los editores insisten en una serie de medidas en tomo a la política del libro que han hecho llegar a la Administración. Entre estas medidas se declaran partidarios de unas normas legislativas que amparen y mejoren la totalidad del proceso del ciclo vital del libro. Propugnan otra serie de medidas para que las bibliotecas adquieran un nivel europeo; apuntan sistemas de fomento a la creación literaria, sobre todo de primeras obras; piden que se dicten normas para perseguir la piratería editorial y las reproducciones ilegales y solicitan también medidas de protección para los libreros a fin de que se haga una política cultural de Estado.

Los editores -existen en Espafía cerca de 500 empresas editoriales que proporcionan 13.000 empleos directos y 120.000 indirectos- se preparan para celebrar el próximo mes de octubre en Madrid su primer Salón Internacional del Libro, Liber 83, que sustituirá prácticamente a las anteriores ferias nacionales del libro. En este Salón del Libro participarán también los libreros y otros agentes que tienen incidencia en el mundo del libro.

Los libreros también afrontan este Día Internacional del Libro con esperanza pero con un cierto recelo. En una reciente reunión con los medios informativos el presidente de la Junta directiva de la Confederación de Gramios y Asociaciones de Libreros, Francisco de Borja Gugel, y otros miembros de la junta directiva expresaban su temor de que la crisis que amenaza a los editores en el mercado latinoamericano se haga notar en su sector, que hasta ahora logra mantenerse, aunque sin grandes beneficios, según explican los propios libreros.

Los libreros -existen en España aproximadamente 5.000 librerías "vocacionales" frente a cerca de 25.000 puntos de venta de libros- se consideran ante todo intermediarios culturales, y dicen que apoyarán todas las iniciativas oficiales y particulares que supongan el aumento de los hábitos de lectura. Para ello proponen una serie de medidas que también han hecho llegar a la Administración, entre las que destacan una política de créditos para la compra de libros, la obligación de las bibliotecas de efectuar la compra de libros a través de las librerías, y la venta de los libros de texto por las propias librerías.

A los libreros les preocupa también el problema de las fotocopias piratas, y la publicación de muchos títulos y pocos ejemplares de cada título. Piden apoyo para la creación de librerías en las zonas más desasistidas y desean que la librería sea considerada también como un lugar de elección y por tanto de fomento de la lectura. En contrapartida, dicen que apoyan todas las medidas oficiales que supongan un fomento de la lectura. "Habría que corregir la anterior política del libro. Esperemos que las buenas intenciones mostradas por la nueva Administración den resultados prácticos".

En el comienzo del ciclo vital del libro está el autor, sector mas difícil de reducir a cifras. No obstante, según explica el presidente de la Asociación Colegial de Escritores, Angel María de Lera, actualmente el autor se siente perjudicado por la publicación masiva de títulos, "lo que hace que un libro desaparezca de la atención del público en quince días".

Por otra parte, los escritores se encuentran a la espera de que la próxima ley de Propiedad Intelectual ampare los derechos de los creadores y de un cambio de política en las ayudas a la creación. "Lo que le interesa al escritor es que se publique su obra, por lo que será esencial la ayuda a la publicación de las primeras obras. Frente a la postura de la nueva Administración los escritores nos mantenemos esperanzados."

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_