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Pensadores hacen un llamamiento ético a los biólogos en el Congreso de Teoría y Metodología de Oviedo

El planteamiento de la existencia de la verdad por los filósofos a los biólogos, la necesidad de un mayor control en las investigaciones de bioquímica y el llamamiento a los científicos "que no deben olvidarse de lo que es la ética en la ciencia", centran hasta el momento los debates del II Congreso de Teoría y Metodología de la Ciencia que se celebra en Oviedo desde el pasado lunes. Cerca de 500 congresistas se han dado cita en este congreso, que se prolongará hasta mañana sábado.

El hecho de que en este congreso prime el debate sobre cuestiones de biología se debe fundamentalmente a la presencia en Oviedo de Francisco José Ayala, catedrático de Genética de la Universidad de Davis, en California, y Osvaldo Reig, profesor de estudios ambientales y ecológicos de la Universidad Simón Bolívar de Caracas.Pese a la advertencia el primer día del decano de la facultad de Filosofía y Letras de Oviedo, Gustavo Bueno, del peligro que encierra este congreso de convertirse "en un diálogo de sordos entre científicos y filósofos", lo cierto es que tanto uno como otros están haciendo un gran esfuerzo en los debates de cara a conseguir un planteamiento común el propio Gustavo Bueno considera muy positivas las reuniones, si bien existe menos espectacularidad que en la edición anterior con la presencia de Mario Bunge en el que se plantearon dos teorías de las ciencias completamente diferentes, "mientras que en este ocasión las jornadas están protagonizadas por los científicos. Los debates no son tan dramáticos, se está trabajando más a fondo y planteando cuestiones más centradas. En definitiva, el congreso se está consolidando".

Al margen de las diferentes comunicaciones, se llegarán a leer más de cien sobre diferentes temas, disparidad ésta que ha constituido la novedad de este año. Las principales ponencias desarrolladas hasta el momento en materia de biología han llegado a la conclusión del peligro que supone para la humanidad las investigaciones bioquímicas y su falta, de control, "que pueden dar lugar a la creación de monstruos incontrolables", según se destacó.

Necesidad de una ética

En este aspecto, fue en el que precisamente incidió el catedrático de Antropología de la Universidad Autónoma de Barcelona, Carlos París, al recordar a los científicos la necesidad de una ética en la ciencia. Puso de manifiesto la sobrecogedora capacidad actual de la ciencia que podría contribuir poderosamente a evitar los tres grandes males de la humanidad: hambre, ignorancia y violencia. La ciencia en este mundo, sometida a relaciones de violencia, puede ser la destrucción de la humanidad, según señaló Carlos París en una clara alusión a los intereses belicistas de la ciencia moderna.Manuel Alvarez Uría, catedrático de Morfología Microscópica de la Universidad de Oviedo, insistió en este tema proponiendo la democratización de las investigaciones, trasladando las respuesta de la creciente deshumanización de la vida del hombre a los filósofos. "La filosofía es la ciencia más capaz de dar un sentido humano a la ciencia y en este tiempo, uno tiene la impresión de que la filosofía está considerada como algo superfluo.

Gustavo Bueno aprovechó el debate geológico para tratar de demostrar si el sentido de Verdad de la teoría del cierre categorial podría tener algún significado en las ciencias biológicas e incluso resolver algunos problemas de carácter gnoseológico. Hizo un análisis sumario de lo que sería una ciencia biológica tratando de identificar cuáles fueron los principios del cierre y los conflictos que plantean las diferentes ciencias biológicas en cuanto a la demarcación.

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