Pedro Ruiz (Mitsubishi Electric Europe): “Conocí a mi mujer haciéndole una novatada”
El presidente de la compañía en España se considera una persona feliz pero le preocupa el clima de confrontación: “Se habla abiertamente de guerra. En mi generación a nadie se le pasaba por la cabeza una tercera Guerra Mundial, y ahora escuchas a ciertos políticos y parece que esto se banaliza”
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Este ingeniero madrileño de 66 años iba a emplearse en la industria de la energía nuclear, pero decidió vivir del aire. “Del aire acondicionado”, matiza. MBA cum laude, profesor del IE, ha ocupado puestos directivos que le han llevado a vivir en EE UU y Francia, y de vuelta en España, es presidente de Mitsubishi Electric Europe desde 2021.
Pregunta. Si no hubiese sido ingeniero…
Respuesta. Habría sido arquitecto, pero no sabía dibujar.
P. ¿Qué le gusta hacer cuando no trabaja?
R. Lo que más me gusta es la vela, el mar. No hay nada que te recuerde a tu vida normal, no hay tráfico, coches, puedes desconectar. Tiene el componente de aventura. Tengo un modesto barco de vela en Alicante. Mi hijo me está sustituyendo, usa más el barco que yo.
P. ¿Qué lee y qué escucha?
R. Me gusta mucho la novela negra y últimamente he desarrollado interés por la ópera, aunque no soy un erudito.
P. ¿Qué tal lleva el estrés?
R. Lo llevo bien. Llevo casi 40 años de ejecutivo, si no lo llevara bien habría palmao. Lo llevo poniendo las cosas importantes en su sitio: lo primero es la salud y la familia. De eso solo te das cuenta cuando tienes un problema de salud. Todos los problemas de negocio tienen solución. Hay que saber tener paciencia para encontrarla. Poner las cosas importantes por delante te ayuda a llevar el estrés.
P. ¿Algún restaurante que recomiende?
R. Hay uno en Portugal muy modesto que me encanta llamado Dois Irmãos, de pescado a la brasa. Tengo una casa en Huelva, en la frontera, y está en Altura (perteneciente al municipio luso de Castromarín). En Madrid, me gustan los restaurantes del Four Seasons.
P. ¿En redes sociales qué tal se maneja?
R. Muy mal.
P. Suerte para usted.
R. Vengo de una generación distinta. Las redes sociales me parecen útiles, pero no pueden sustituir a la comunicación social, las relaciones y las llamadas telefónicas. Hay gente que es capaz de mandar un e-mail poniendo a parir al que está al lado de su mesa en vez de levantarse y hablar.
P. ¿A quién le ha hecho ilusión conocer en su vida?
R. A mi mujer. Es ingeniera industrial, la conocí en clase haciéndole una novatada: fue la única que no cayó en ella.
P. Le gustó la más lista.
R. En aquella época solo había diez mujeres en clase. Es de San Sebastián, es una mujer muy organizadora, siempre tiene propuestas para nuestro tiempo libre y lo agradezco. Fue un noviazgo largo y nos casamos en los años 90. Los dos tenemos una mentalidad cartesiana, creemos en lo que se puede comprobar. Pero somos caracteres distintos.
P. Estando el mundo como está, ¿qué consejos les da a sus hijos?
R. Les digo que vivan según sus principios. Esto es difícil hoy, porque hay gente que tiene mucha prisa por todo lo material. Pero para llegar no debes traicionar tus principios. Tienen que respetarse a sí mismos y respetar a los demás, y esos valores no los puedes perder por el camino.
P. ¿Y a sus alumnos?
R. Encuentro que mi generación era más abierta de mente que muchas posteriores, que son más cerradas o más dogmáticas. Es importante saber respetar las ideas de los demás. Mi generación se tuvo que desarrollar en una dictadura, apreciamos la democracia y la libertad. Hoy en día veo muchos jóvenes más dogmáticos, y hay cierta polarización en la sociedad. Creo que hay un camino a recorrer. Por otro lado, los jóvenes están mucho mejor preparados.
P. ¿Qué valor le da al dinero?
R. Lo justo, valoro tener lo necesario para vivir.
P. Un empresario me dijo algo parecido, pero tenía un helicóptero, un Ferrari…
R. No es mi caso, creo que el dinero es importante, lo necesitas para vivir, para ayudar a tu familia, pero no puede ser una meta en sí mismo. Si es una meta vas a ser infeliz. Siempre va a haber alguien más rico que tú.
P. ¿Una cualidad que valore en los demás?
R. La sinceridad.
P. Cuando piensa en el futuro ¿qué le preocupa?
R. Me preocupan mis hijos y su futuro, están viviendo en un mundo convulso. Estamos asistiendo a un cambio de una sociedad basada en el progreso a una sociedad basada en la confrontación. Se habla abiertamente de guerra. En mi generación a nadie se le pasaba por la cabeza una tercera Guerra Mundial, y ahora escuchas a ciertos políticos y parece que esto se banaliza. Me preocupa que las generaciones vivan peor que las anteriores.
P. ¿Se considera una persona feliz?
R. Sí, soy razonablemente feliz. La felicidad son estados transitorios.
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