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El balance de los 100 días de Gobierno

El presidente del Gobierno admite la contratación temporal como posible fórmula para combatir el paro

El presidente del Gobierno, Felipe González, dejó entender ayer que el prometido referéndum sobre la presencia española en la OTAN no se celebrará este año ni, posiblemente, en buena parte de 1984 porque "no queremos dar ningún paso que pueda debilitar las actuales negociaciones Este-Oeste". En una tumultuosa conferencia de prensa, que conmemoró sus primeros cien días al frente del Ejecutivo, Felipe González se mostró a favor de la polémica flexibilización de la contratación, alegando que "no hay que poner trabas para que los empresarios se atrevan a contratar" y que "hay que superar las técnicas de las épocas de crecimiento y adoptar técnicas de crisis". Sólo hizo una referencia a la difícil situación heredada y renovó un mensaje de aliento: "Personalmente, creo que no hay lugar para la desesperanza".

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Relaciones exteriores y economía fueron las dos grandes áreas esencialmente abordadas en esta conferencia de prensa, a la que asistió más de un centenar de periodistas. Respecto al segundo punto, el presidente mostró un notable optimismo e insistió en la buena marcha de algunos indicadores económicos. Pero, tanto en esta materia como en cuestiones diplomáticas y de otra índole, Felipe González se mostró extremadamente cauteloso en sus respuestas y demandó constantemente paciencia antes de exigir soluciones radicales. La posible demora en el referéndum sobre la pertenencia española a la OTAN -precisamente cuando, para dentro de escasos días, se promueve una nueva marcha antiatlántica desde sectores de la izquierda- y la enérgica definición de España como integrante del marco occidental constituyeron, no obstante, dos puntos destacables en este último apartado."No existe absolutamente ningún cambio ni en el programa ni en la orientación económica del Gobierno", dijo Felipe González en una breve declaración previa al turno de preguntas y respuestas. "Hemos tocado el fondo de la crisis financiera y lo demás es una especulación, cuando menos, gratuita. Se abre ahora un horizonte de esperanza en lo referente a inflación y disponibilidades líquidas, ajustándose, paso a paso, a las previsiones del Gobierno". El presidente, que admitió que los verdaderos problemas "son los socioeconómicos", dedicó a estos temas la mayor parte de las dos horas que duró su intervención.

Las expresiones de optimismo en los indicadores económicos fueron constantes -"la peseta está logrando bastante estabilidad", "la inflación se ha contenido", Ias demandas de inversiones extranjeras crecieron en más del 200%. en el mes de febrero respecto al año pasado", "en febrero se produjo la menor pérdida de puestos de trabajo en los últimos diez años".

Posible legislación antitrust

Paralelamente, el presidente del Gobierno sugirió la posibilidad de una pronta aplicación de dos medidas polémicas: la introducción de una legislación anti-trust -"somos uno de los pocos países europeos que no la tienen y existe hasta en Estados Unidos, sancta sanctorum de quienes nos critican"- y la introducción de mecanismos de flexibilización de las contrataciones. "Para un joven de veintiún años, sin empleo, tener la oportunidad de trabajar durante seis meses es mejor que seguir soportando una dependencia vejatoria del cabeza de familia". González no se refirió a posibles limitaciones en esta contratación temporal, idea finalmente aceptada, no sin reparos, por UGT.Siempre dentro del campo económico, abundaron las preguntas sobre el futuro de las compañías expropiadas del sector Rumasa. El presidente negó cualquier intención nacionalizadora por parte del Gobierno -"yo creo que las dimensiones actuales del sector público están bien"- y reafirmó su voluntad de reprivatizar las empresas una vez saneadas -"quiero animar al sector privado para que se haga cargo, en su momento, del mayor número de empresas gestionables del grupo".

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El presidente del Gobierno manifestó que el gran reto planteado ahora se refiere a la gerencia de las empresas expropiadas y anunció , al hablar de la política de nombramientos y de las críticas que ha suscitado desde la derecha y desde la izquierda, que su intención sería colocar empresarios profesionales al frente de empresas públicas "y ya se sabe que no hay muchos de éstos en la izquierda". A continuación, citó el nombramiento del presidente de la agencia Efe, Ricardo Utrilla, como un ejemplo de que lo que importa es la cualificación profesional y no la ideología política.

En el capítulo de las relaciones exteriores, la OTAN acaparó un buen número de preguntas y González insistió cuatro veces en que "España, con su actitud, no quiere contribuir a la tensión Este-Oeste" refiriéndose al replanteamiento de la presencia de nuestro país en la Alianza Atlántica. "España es un país occidental con compromisos occidentales también desde el punto de vista de la defensa", afirmó, rotundamente, el jefe del Ejecutivo, no sin antes recordar que nuestro país tiene decidido no instalar misiles nucleares en su territorio y que, en todo caso, la decisión de colocar los llamados euro misiles se tomó cuando España aún no era miembro de la OTAN.

El presidente del Gobierno se mostró deliberadamente vago al referirse al neutralismo, que, afirmó, "es un concepto querido por los españoles, pero no creo que lo sea más que en otros países". En este campo, Felipe González añadió que "nos tomaremos el tiempo necesario para estudiar las necesidades de la defensa española y no perjudicar los intereses del sector del mundo en el que estamos integrados" y criticó veladamente la falta de voluntad integradora europea hacia nuestro país -"se quiere que estemos a las duras, pero no a las maduras".

Sobre su próximo viaje a Marruecos, el primero que realiza oficialmente como jefe de Gobierno, que tendrá lugar los próximos días 28 y 29, el jefe del Ejecutivo advirtió que no se tratará el tema de Ceuta y Melilla, "porque no interesa al Gobierno español". Habló de la necesidad de practicar una política "de conjunto, de cooperación y de no injerencia" en el Mogreb; admitió la existencia de relaciones frías con el Frente Polisario desde 1.979 y, algo enigmáticamente, sugirió que dentro de un mes podrían darse acontecimientos que facilitarían la paz en la zona.

Respecto al ingreso en la CEE, y aun admitiendo que el próximo semestre, bajo presidencia griega, puede suponer una ralentización, confió en que las negociaciones en curso "rindan sus frutos" y lo mismo dijo sobre las conversaciones pesqueras que se llevan a cabo con varios países. El presidente manifestó que "ha habido poco tiempo" para incrementar las relaciones con Latinoamérica y anunció un próximo viaje a Colombia, Venezuela y algún otro país del hemisferio. Opinó que su mediación en Centroamérica -que no se ha pedido ni ofrecido- "podría no ser el método más operativo". También recalcó que España, entre otras salidas, estudia la posibilidad de culminar la Conferencia Europea de Seguridad y Coopera ción con una conferencia europea de desarme, patrocinada por Madrid. Finalmente, habló de la "con ciencia clara" que Francia parece tener sobre la necesidad de mejorar la cooperación antiterrorista con España.

El presidente del Gobierno tuvo también un recuerdo para otorgar la calificación de "regular" a la actuación de la oposición en estos cien días: "Es la reproducción de UCD con cierto desplazamiento a la derecha. Hay que darle tiempo, porque hace muchos años que no son oposición y tienen que aprender". Al hablar de la oposición, aunque refiriéndose muy concretamente a la ruptura del diálogo sobre valoración de transferencias por parte de la Generalitat de Cataluña, afirmó que la postura del Gobierno catalán, al negar que había una sobrevaloración, podría tener un carácter electoralista, que podría variar tras el 8 de mayo. Dijo "no haber tenido dificultades" en sus contactos con los poderes-fácticos y anunció una progresiva equiparación entre las remuneraciones militares y las civiles. Por último, Felipe González minimizó los problemas relacionados con las Fuerzas Armadas y negó que la reincorporación de los miembros de la Unión Militar Democrática sea algo prioritario en estos momentos.

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