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Williams no murió de sobredosis, sino que se asfixió con el tapón de un frasco

No fue una sobredosis, finalmente, sino un simple tapón de un frasco de medicamentos lo que acabó con la vida del dramaturgo norteamericano Tennessee Williams, cuyo cuerpo fue hallado muerto el pasado viernes en un hotel de Nueva York.Según ha comunicado a la prensa el responsable de los servicios médicos legales de la ciudad neoyorquina. El doctor Elliot Gross no ha podido facilitar una explicación acerca de por qué se encontraba dicho tapón en la laringe del escritor. Lo más probable, sin embargo, es que Williams, al intentar abrir el frasco con los dientes, hubiera acabado por tragarse el tapón, lo que le produjo la muerte. Tampoco precisó el doctor Gross de dónde procedía el objeto causante del fallecimiento, aunque era del tipo que suelen llevar las gotas para los ojos o los sprays para la nariz.

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Por otra parte, en la habitación del hotel fueron halladas botellas de vino y frascos de medicamentos, pero el médico legal ha rehusado indicar si podían ser considerados igualmente responsables de la muerte del escritor. En el curso de los próximos días se realizarán diversas pruebas químicas.

Las muertes de este tipo son consideradas accidentales, señaló Gross, quien hizo referencia a los problemas de salud experimentados por Williams, quien durante años mezcló pastillas y alcohol para superar las crisis depresivas que, en muchas ocasiones, reflejó en sus obras.

Gross dijo que, a pesar de todo, para un hombre de su edad -contaba 71 años-, el famoso dramaturgo disfrutaba de una agradable condición fisica. Lo que no se descarta, sean cuales sean las explicaciones del médico legal, es que la depresión, y el desesperado afán de Tennessee Williams por superarla, le condujeran a un estado de nerviosismo tal que le llevara a actuar sin control.

En los Estados Unidos continúan produciéndose reacciones ante la noticia del fallecimiento, del dramaturgo. El actor Marlon Brando, cuyo primer papel importante en Broadway fue precisamente como el rudo Stanley Kowalski de Un tranvía llamado deseo, ha declarado que "todos estamos apesadumbrados por su muerte", refiriéndose, sin duda, a los actores que consiguieron grandes éxitos protagonizando obras del autor desaparecido.

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