Un homenaje musical a Rainer W. Fassbinder abrió el XXXIII Festival Intemacional de Cine de Berlín
Antes de la proyección de Tootsie, de Sydney Pollack, con la que se Inauguró el XXXIII Festival Internacional de Cine de Berlín, una orquesta de jóvenes músicos interpretó en el escenario del palacio del festival una selección de las más conocidas partituras de las películas del desaparecido realizador alemán Rainer Werner Fassbinder, que precisamente en este festival obtuvo el pasado año el primer premio del jurado por su película La ansiedad de Veronika Voss.
El breve y extraño homenaje, que parecía más producto del compromiso que de la devoción, obtuvo algún realce cuando la presidenta del jurado de este año, Jeanne Moreau, apareció en el escenario para interpretar la misma canción de Querelle, obra póstuma del cineasta alemán Rainer W. Fassbinder.El público aplaudió con entusiasmo la intervención de la actriz francesa, pero no dejó de sentir que, con acto tan pacato Fassbinder había sido definitivamente enterrado por la burguesía alemana, poco amante, en verdad, de su revulsivo cine.
No mejoró el homenaje con el discurso del alcalde de Berlín, que le aplicó tímidamente el calificativo de genio, para cambiar rápidamente de tema: la necesidad de establecer contactos de coproducción con otros países europeos.
Las experiencias con el cine francés han sido, según él, excelentes, y en este mismo festiva tendremos ocasión de conoce los primeros resultados. Pero e necesario, añadió, ampliar esos contactos con otros países; entre varios, con España.
No nos sorprendió su alusión; ya este año, el pabellón español destaca por encima de cualquier otro. Una gran fotografía de La colmena preside la entrada a las oficinas del festival, y en la sección de pabellones es el español el mejor cuidado.
Presencia del cine español
El dibujo de José Ramón Sánchez que ilustra el eslogan Cine español para el mundo es solicitado por numerosos periodistas, que se detienen perplejos ante la composición del pabellón, acostumbrados en años anteriores a que su publicidad fuera confusa, escasa inútil.La colmena, de Mario Camus, se proyectará el penúltimo día del certamen y, aunque hay evidentes expectativas por conocerla, los primeros rumores del festival orientan ya los premios hacia el cine francés. De ahí que la alusión del alcalde no fuera vana ni la participación musical de Jeanne Moreau tan gratuita. No hay en el jurado, además, ningún representante español. Pero es pronto e innecesario plantearse en este momento la posibilidad de los premios.
La única película exhibida en la competición, Eclipse parcial, del checoslovaco Jaromil Jires, crónica sentimental de la ceguera de una adolescente, no ha interesado. Y Tootsie, que fue muy aplaudida, figura al margen del concurso.
Es Tootsie la historia de un actor en paro que debe disfrazarse de mujer para obtener el papel de una serie de televisión. Su interpretación constituye todo un éxito, pero debe prolongarse fuera del estudio, afectando a su vida privada. Lentamente, el actor se va sensibilizando con ciertas características femeninas que desde su situación de varón ignoraba. El equívoco, no obstante, va pesando de tal forma en su intimidad que acaba arrastrando, afectivamente, a cuantas personas le rodean.
Un excelente alegato contra el machismo
Con multitud de situaciones derivadas, no todas de la misma calidad, Tootsie ha sido entendida como un excelente alegato contra el machismo. Es el actor disfrazado quien mejor defiende la actividad de la mujer; quien, improvisando sobre el texto del guión, con más inteligencia expone la realidad de la marginación femenina.El éxito de la película se debe en primer lugar a Dustin Hoffmann, que por su labor ha sido seleccionado por la Academia de Hollywood para los oscars de este año. Hace un trabajo serio y brillante; gracias a él se puede aceptar el disparate de que ninguno de los restantes personajes de la acción intuya el fraude. Fue Hoffmann quien más aplausos recibió durante la proyección. Al terminar ésta, Sydney Pollack, en viaje de promoción por Europa, saludó desde el escenario.
Babelia
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