El ex jefe de inteligencia del Ejército afirma que el Gobierno ha perdido mucho tiempo

El general retirado Edgardo Mercado Jarrín, de 63 años, cree que Sendero Luminoso surgió porque el Gobierno no tuvo un plan preventivo para la deprimida región de Ayacucho. "El problema se ha ignorado, no se le ha llamado por su nombre. Se ha hablado de bandidos, de delincuentes, sin aceptar la realidad", afirma.Para el antiguo jefe de inteligencia del Ejército peruano y uno de los más importantes geoestrategas de América Latina, esta realidad consiste en que Sendero Luminoso tiene una ideología autóctona: el maoísmo filtrado a través del pensador marxista peruano José Carlos Mariátegui.

"Los senderistas hacen terrorrismo, es cierto. Pero también libran una guerra de guerrillas, participan en luchas abiertas, con armas a la vista.", declara Mercado Jarrín a EL PAIS en su casa de Chacarilla del Estanque, una zona residencial de Lima. "El Gobierno ha perdido mucho tiempo y ahora la acción costará muchas vidas. La represión indiscriminada no sirve, sin embargo. Esto no se arregla con balas. A los campesinos hay que ofrecerles algo diferente, mejorar sus condiciones de vida".

Y añade el general Mercado: "Nadie podría desarrollar esta guerra sin apoyo popular y Sendero Luminoso lo tiene. Sus hombres actúan dentro de la propia ciudad de Ayacucho, están allí, en la Universidad, en los colegios, en los bancos, en los hospitales... Y siguen actuando, pese al estado de sitio. No, yo no creo que los senderistas reciban ayuda del exterior. Es un moviemiento que está ideológicamente enfrentado con Cuba, con la URSS, con los actuales dirigentes de la República Popular China. Lo que sí puede tener Sendero Luminoso es la colaboración de antiguos guerrilleros de otros países latinoamencos, de los Montoneros, el MIR, los Tupamaros, qué actúan como insiructores".

"¿Que qué hubiera hecho para acabar con este movimiento? Hubiera desarrollado una acción preventiva, creado un plan de desarrollo para esa zona tan pobre. Además, habría establecido una estructura de inteligencia. No se puede combatir contra enemigos invisibles. Hay que identificar a los cabecillas, conocer sus métodos de acción. Llevar adelante una guerra piscológica. Y, al mismo tiempo, hacer respetar la Constitución y la Ley. Evitar la argentinización del problema".