Médicos británicos buscan relación entre enfermos de cáncer y la bomba atómica
Doce mil personas que estuvieron directamente relacionadas con las pruebas de la bomba atómica británica, en los años cincuenta, van a ser sometidas ahora a un programa médico especial para averiguar si resultaron afectadas por las radiaciones. El anuncio ha sido realizado por el Ministerio de Defensa como respuesta a las denuncias formuladas por dos canales de televisión, según los cuales el índice de cáncer en dicho colectivo es muy superior al normal.El resultado del estudio, que se prolongará durante meses, puede tener repercusiones importantes no sólo en el Reino Unido, sino también en Estados Unidos y en Australia, donde existen miles de personas posiblemente afectadas por pruebas nucleares de índole militar. Entrevistas publicadas en Estados Unidos señalan que muchas de las personas que intervienen en las pruebas realizadas en el desierto de Nevada estaban protegidas únicamente por pequeñas elevaciones de tierra y gafas ahumadas en algunos casos. Los soldados que participaban en la operación recibieron la escueta orden de "taparse la cara con las manos" cuando se produjera la explosión.
Portavoces británicos han, resaltado que las medidas de precaución que tomaron los responsables ingleses en su día fueron mayores, ya que los ensayos británicos de la bomba atómica y de la bomba de hidrógeno se realizaron después que los norteamericanos, entre los años 1952 y 1958. Admiten, sin embargo, que los sistemas de detección de radiaciones eran todavía muy primitivos en aquella épocam, sobre todo en el sur del océano Pacífico y en desierto australiano. La Asociación de Veteranos Australianos afirma que se han producido ya 109 muertes por cáncer entre los 600 australianos que colaboraron en el programa nuclear británico.
El canal 4 de la televisión inglesa y la BBC presentaron esta semana sendos reportajes en los que, conjuntamente, han reunido más de 130 casos de presuntas víctimas de dichas explosiones.
El Ministerio de Defensa se ha negado hasta ahora a establecer alguna relación entre los ensayos nucleares militares y los casos de cáncer. En los últimos diez años, seis viudas de otros tantos funcionarios civiles implicados en las pruebas de la bomba atómica solicitaron una pensión de guerra que no les fue concedida.
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