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El destino de Uruguay o la incógnita de una apertura

Con independencia del calendario continental, es evidente que la particularidad de cada país incide en la marcha de las cosas. Así como el resultado de la guerra con el Reino Unido aceleró el proceso de cambios que se larvaba en Argentina, en Uruguay el rechazo popular a la propuesta constitucional del régimen el 30 de noviembre de 1980, si bien no cambió las fechas impuestas por la dictadura, sí cambió cualitativamente la situación en otra, más dinámica y menos sujeta a la voluntad de los militares.La ambigüedad de sus declaraciones y algunos gestos políticos le han dado al teniente general Gregorio Alvarez cierta apariencia de hombre dialogante.

En julio de 1972 -un año antes de que el Ejército diera el golpe de Estado-, y siendo el ac tual presidente jefe del Estado del ayor Conjunto, tuvo lugar una reunión entre mandos superiores del Ejército y dirigentes tupamaros.

Luego de escuchar una larga exposición sobre los motivo! que tenía el MLN (tupamaros) para sostener la lucha armada, el general Alvarez se pone de pie, golpea con ambos puños la mesa y grita: "¿Pero por qué, si ustedes y nosotros queremos lo mismo para el país, nos estamos peleando?".

En esa oportunidad, los tupamaros ofrecían abandonar la lucha armada a cambio de una serie de reformas: represión de los delitos socioeconómicos, morafización de la gestión pública, una moderada reforma agraria, renegociación de la deuda externa y una amnistía progresiva.

En dicho período el Ejército no respetala tregua establecida, como tampoco continúa por la vía del diálogo, que hubiera traído la desactivación de la violencia.

Por el contrario, la cúpula militar, a la que pertenecía Gregorío Alvarez, aceleró sus planes al amparo del poder ejecutivo para disolver las cámaras y hacerse con el control absoluto del Estado, dejando de ser un ejército constitucional de un Estado democrático, para ser uno más de los que se sublevaban en América Latina con la excusa de acudir al sagrado deber de combatir la conspiracion del "marxismo internacional".

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¿Habrá apertura?

El pasado 28 de noviembre los partidos políticos aceptados por el régimen concurrieron a las urnas para designar sus autoridades internas. Los futuros dirigentes, de marcada trayectoria antidictatorial, encabezarán las actividades políticas de sus partidos con vistas a las elecciones generales de 1984, que se presentan calgadas de prohibiciones, proscripiciones de líderes (hasta de sus propios partidos), clausura de medios de difusión, gran cantidad de presos políticos y exiliados, con una situación de privilegios castrenses que absorbe los recursos del Estado.

A partir de los resultados del 28 de noviembre, la oposíción tolerada tendrá que afrontar el dilema: aceptación del resto de las pautas que los militares han impuesto para que haya apertura, o protagonizar la ruptura con el régimen.

Por la envergadura de los problemas y las tensiones acumuladas, lo primero conduce a una situación peligrosa para la futura estabilidad del país; lo segundo, a que las fuerzas armadas demuestren sin ambigüedades si hay o no apertura.

A los futuros dirigentes políticos les espera una mesa de negociaciones llena de problemas, pero por primera vez existe la posibilidad de que sean los cíviles quienes den la respuesta al pueblo, que se pregunta cómo se cerrará este período funesto.

Luis Nieto es escritor y periodista uruguayo.

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