Estocolmo recibirá a García Márquez con el ritmo de la música del Caribe
Los últimos detalles para la ceremonia de entrega de los premios Nobel 1982 están ya previstos. Un ritual que se cumple puntualmente cada 10 de diciembre, aniversario del nacimiento de Alfred Nobel (1901). Este año la ceremonia perderá su rigidez habitual. El ritmo del Caribe estará representado por Gabriel García Márquez que recibirá el Nobel de Literatura.Hasta ahora, salvo un insólito incidente en las entregas de 1977, cuando un joven sueco, estudiante, infiltrado de riguroso frac entre la selecta concurrencia, paralizó a ésta con una ruidosa protesta contra Milton Friedman en el instante de recibir de manos del rey Carlos Gustavo su premio de Economía, todo ha transcurrido con formalidad.
Este año, sin embargo, todo indica que las cosas serán distintas y Estocolmo vivirá una verdadera fiesta durante el día. La causa de ello tiene un nombre: Gabriel García Márquez. Más que un frío acto académico, habrá un júbilo compartido, con sabor y calor del escritor en Estocolmo, a donde llegará el martes. Y la prensa sueca refleja estos días en sus columnas la expectativa suscitada por la presencia de García Márquez -Márquez-, como aquí se le conoce. "Todos quieren ver al héroe del Nobel", titula en primera página el Dagens Nyheter.
El presidente de la Fundación Nobel, Stig Ramel, en una reunión de Prensa con los corresponsales extranjeros, dejó también traslucir que los actos del Nobel de este año perderán algo de su rígida formalidad. Si hasta ahora el escritor era conocido por un número limitado de aficionados a la buena literatura, ahora su popularidad se ha multiplicado.
La numerosa colonia latinoamericana en Suecia prepara también su recepción al Nobel. Para el domingo 12 se ha organizado, por parte de la filial en Suecia del Comité Permanente de Intelectuales Latinoamericanos por la Soberanía de Nuestros Pueblos, en colaboración con entidades hispánicas, una fiesta de tres horas en la Casa del Pueblo (Folkethuset), en la que, además del escritor, que pidió treinta minutos para decir algunas cosas, participarán artistas suecos, hispanohablantes y una nutrida delegación artística colombiana. El arribo de un chárter gabista desde Aracataca a Estocolmo, con escalas en Madrid y París, donde se sumarán otros admiradores del escritor, será el mayor revulsivo. Músicos, danzarines y otros artistas irrumpirán como un verdadero huracán caribeño, con guayaberas y vallenatos, en la brumosa y fría -aunque todavía sin nieve- capital de Suecia. Pero como el invierno escandinavo no se puede desafiar con una guayabera, la editorial colombiana Oveja Negra ha encargado la confección de un centenar de ponchos de lana con emblemas de Macondo.
Babelia
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