"Vaquero Turcios retrata la obra del artista", según el duque de Alba

La muestra de 32 retratos al óleo de importantes personajes de la vida artística y científica española y extranjera que Joaquín Vaquero Turcios expone desde el pasado sábado en la Torre de Don Borja, en Santillana del Mar (Cantabria), sede de la fundación que lleva el nombre de la villa, son, en palabras de Jesús Aguirre, duque de Alba, "no evocación, sino invocación. Se trata", precisó, "de una interiorización de los personajes. Vaquero Turcios no retrata al artista, sino la obra del artista".

La "visión personal" de Virginia Woolf; el reencuentro con Jorge Luis Borges, "tan extraordinario poeta como dudoso ciudadano"; un Marcel Proust "vestido de albertina, de su propio criado, porque sobornando a los criados de las grandes familias aristocráticas francesas, de las que luego escribiría, fue como Proust aprendió a hacer literatura"; de Gertrude Stein, representada en dos cuadros, "en uno desvela lo peor de su vida y el otro vela lo mejor", fueron los comentarios que al duque de Alba le merecieron algunas de las pinturas expuestas.

La obra de Vaquero Turcios, dijo, es al mismo tiempo vanguardia y tradición, porque ambos conceptos son equiparables. "La tradición no es el pasado y no es el futuro; es el presente cuando éste tiene presencia y potencia". Una tradición artística que tiene antecedentes familiares y, al parecer, también consecuentes. La colaboración entre Joaquín Vaquero Palacios y Joaquín Vaquero Turcios "no en el campo de la pintura, pero sí en la invasión del espacio", puntualizó Jesús Aguirre.

"El espacio es en Vaquero Turcios", señaló, "una pretensión dominante" y quizá, también, obsesión del artista a tenor de su confesada preocupación por no poder "realizar obras tan grandes como quisiera". Una obra que, según Jesús Aguirre, retrata la arquitectura y pinta arquitectónicamente.