Antonio Colinas, premio nacional de Poesía tras 20 años de actividad literaria
El poeta, de 36 años, es miembro de la generación de los 'novísimos'
"Si en algo creo es, y profundamente, en el fenómeno de la creación poética", ha dicho Antonio Colinas, a quien ayer fue concedido el Premio Nacional de Poesía, dotado con un millón de pesetas, por su libro Poesía 1967-1981, que ha sido publicado por Visor. Colinas, 36 años, un poeta encuadrado en la generación llamada de los novísimos, considera el premio como "una apuesta por un autor que, tras veinte años de actividad poética, está realmente comenzando".
La reacción de Antonio Colinas al saber que el Premio Nacional de Poesía le había correspondido a él ha sido de sorpresa, "porque siempre uno piensa que los pronósticos eran otros...", y luego de felicidad, "en la medida en que esto puede ser la confirmación de veinte años dedicados a la poesía y no exentos de pruebas y desmoralizaciones". Se explica el premio "creo que porque he procurado trabajar con rigor, y si en algo creo es en el fenómeno de la creación poética".Localizar a Antonio Colinas es difícil. Vive en Ibiza, dedicado a la poesía y a la traducción -es traductor de Leopardi y de Salgari, y en el medio, de numerosos autores italianos como Pasolini o Sanguinetti- y aunque sea difícil de creer, no tiene teléfono. Su madre, en La Bañeza (León) responde emocionada: "Qué alegría tan grande, un premio tan importante". Y llora. "No es por el millón: es por el premio". Y cuando por fin llama Colinas, porque el mundo es definitivamente un pañuelo, es para confirmar el mensaje: "¿En qué te basas para decir que me lo han dado?". En que es la noticia del día.
El premio ha caído bien en los medios literarios. Vicente Aleixandre, la cabeza visible de la poesía española, expresa perfectamente lo que la mayoría siente: "Me alegro doblemente, por la persona y por el poeta, porque es una persona a la que tengo mucho afecto y porque me gusta mucho su poesía". Curiosamente, en reconocer a Antonio Colinas coinciden todos: los poetas llamados mesetarios, y los novísimos más aguerridos. Es, de hecho, uno de los pocos poetas de su generación que cuenta con poquísimos detractores, con fama de buena persona, y un importante aprecio lector. Es casado y tiene dos hijos.
El jurado estaba presidido por el director general del Libro, Matías Vallés, y formado por el poeta y académico Carlos Bousoño, el catedrático Leonardo Romero Tovar, la escritora Ana Diosdado, el editor Juan Salvat, y el poeta Carlos Sahagún, premiado en la anterior convocatoria.
Antonio Colinas se muestra satisfecho "porque para mí ésto es el. reconocimiento de toda la obra, recogida en el libro premiado, y así el público podrá tener una visión más general". Aunque hay buena parte del próximo, Noche más allá de la noche, actualmente en vías de publicación, que es "un largo poema de mil versos".
Una poesía europea
Además, Colinas piensa que el premio es, un poco, "una apuesta por un poeta relativamente joven, como ya lo fue el de la Crítica de 1975. El jurado ha arriesgado una decisión al reconocer la obra de un autor que comienza y que pertenece a una generación que ha dado un impulso, creo que incuestionable y muy profundo, a la poesía española". "Una poesía que han llevado a nivel europeo, a un nivel muy alto si tenemos en cuenta la que se hace en otros países. Yo conozco la francesa, la italiana, lo que se hace en América". Y para ilustrar esa generación, da Colinas algunos nombres: "Jaime Siles, Pere Gimferrer y otros poetas catalanes como Francesc Parcerisas y Toni Marí, Marcos Ricardo Barnatán, Luis Antonio de Villena. Me gustaría mencionar también", dice, "a los poetas andaluces ultimísimos, y no doy nombres porque son muchos, que siguen un camino no estrictamente culturalista, fieles a una poesía muy personal y muy auténtica".De sus maestros, Colinas menciona antes que a nadie, a Aleixandre, "quien hace casi veinte años es un maestro y un amigo de excepción", a sus compañeros del 27, a Neruda, a Valèry, a Ezra Pound, con quien mantuvo en Venecia una extraña entrevista... y entre la generación intermedia, a Francisco Brines y a Carlos Bousoño. "Pero", dice, "la formación de un poeta no se nutre sólo de obras poéticas: también de países, de viajes... Yo tengo que hablar del mundo de Italia y, por extensión, del Mediterráneo".
"Yo creo", dice Antonio Colinas, "que el Mediterráneo permite una tercera vía entre las dos tendencias mastodónticas y olvidadas, Oriente y Occidente, que es una línea ejemplar de luz, y que los países de la cuenca mediterránea, si les dejan, deben buscar un proyecto cultural y político común".
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