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Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Negarse a crecer

¿Qué hace un ejecutivo tópico cuando quiere ligar con una chica a la que dobla en edad? ¿Cómo armoniza su adocenado sistema de vida con el de esa muchacha provisionalmente ecologista y rodeada de jovencitos que se le parecen? Fernando Colomo ironiza sobre ese enfrentamiento en una comedia que dirige con mejor pulso que sus tres películas anteriores, aunque, en contrapartida, haya perdido gran parte de la frescura narrativa que marcó Tigres de papel (1977), una de las más claras revelaciones del cine español del posfranquismo.¡Estoy en crisis! sigue las peripecias de su personaje central: cuarentón, tan apasionado como ignorante de cuanto no sea su propio ombligo y que se niega a crecer explotando a quienes le rodean, en la seguridad de que tiene derecho a exigirles incondicional devoción. Utiliza a su secretaria como recurso de fugaces encuentros sexuales, engaña a su esposa, a quien no tolera aventuras fuera del matrimonio, traslada a su propio trabajo las obsesiones privadas que le han conducido a su disparatada aventura ecológica.

¡Estoy en crisis!

Director: Fernando Colomo. Guión: Andreu Martín y Fernando Colomo. Fotografía: Angel Luis Fernández. Música: José Nieto. Intérpretes: José Sacristán, Cristina Marsillach, Mercedes Sampietro, Fernando Vivanco, Marta Femández-Muro, Enrique San Francisco. Comedia. Española. 1982. Locales de estreno: Conde Duque y Fantasio.

Una película original, una comedia eficaz

Siendo la película mejor acabada de Colomo, uno se pregunta si ello supone un nuevo paso en su filmografía; hasta ahora, el joven punto de vista de este director interesaba más en el panorama de nuestra cinematografía que el que aquí se muestra.¡Estoy en crisis! recuerda títulos de otras épocas en los que la comedia irónica reemplazaba la posibilidad de coger el toro más directamente por los cuernos. Fernando Colomo no debe rechazar su cine más personal.

Siempre seguro de sí mismo, tropieza, sin embargo, con la jovencita bucólica que le proporciona el primer rechazo importante de su vida. No valen con ella los vanales trucos del cuarentón: "Estoy en crisis; mi familia no me comprende, me agobia...".

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