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El alto mando de Irak anuncia el hundimiento de cinco petroleros extranjeros en la terminal iraní de Jarq

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El alto mando militar iraquí anunció ayer el hundimiento de cinco petroleros en la isla iraní de Jarq, a unos 60 kilómetros del puerto de Busbehr, al norte del golfo Pérsico. Bagdad no ha facilitado las nacionalidades de los navíos. Teherán guarda silencio. De confirmarse, el hecho supondría una nueva escalada en la guerra irano-iraquí y podría implicar, por parte de Irán, el cierre del estrecho de Ormuz. Ello acarrearía para Europa la pérdida del 60% de sus suministros de crudos.

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Un riesgo permanente

En esta terminal iraní, la más importante del país, acostumbran a repostar numerosos navíos españoles de la compañía Hispanoil que transportan crudo a España. A media tarde de ayer la Oficina de Información Diplomática del ministerio de Asuntos Exteriores no había recibido aviso alguno de que navíos españoles de ningún tipo hubieran sufrido cualquier tipo de percance en el puerto mencionado.Un portavoz de la compañía británica Lloyd's, aseguradora naviera con sede en Londres, dijo al corresponsal en Gran Bretaña de este diario que el episodio resultaba difícil de verificar ya que "ni uno solo de los cinco barcos supuestamente hundidos envió una petición de socorro, SOS", y que, de ser emitida, "ésta habría sido captada inmediatamente en los Emiratos Arabes".

El comunicado número 910 del mando militar iraquí, difundido por la agencia oficial de noticias de Irak, Ina, precisó que los cinco buques fueron destruidos y "tragados por las aguas" en la madrugada domingo pasados, "tras un ataque lanzado por la marina y las fuerzas aeronavales iraquíes sobre la zona de espera de los petroleros que navegan habitualmente hacia la isla de Jarq". Según el texto del comu nicado, los navíos y aviones que protagonizaron el ataque "regresaron a sus bases, sobre aguas te rritoriales iraquíes, sin mayor con tratiempo".

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De acuerdo con las fuentes militares de Bagdad, "esta operación constituye una nueva advertencia a los países del mundo y a las compafíías que acostumbran a lucrarse con las guerras", a las que se exige que "no se aproximen a la terminal de Jarq ni a las aguas territoriales iraníes ya que de no hacer caso de estas indicaciones, su suerte será la misma que la de los cinco petroleros hundidos".

En distintas ocasiones, las autoridades iraníes han desmentido categóricamente este tipo de acciones que Bagda.d se atribuye. Tal es el caso del mentís dado el pasado 24 de julio por Abbas Hordanoost, viceministro iraní de Petróleo, a la pregunta de un enviado especial de este diario sobre un supuesto bombardeo de Jarq, anunciado entonces por Irak.

Asimismo, el grueso de las defensas antiaéreas iraníes se halla concentrado en las inmediaciones de Jarq, verdadero pulmón por donde Irán exporta más de las tres cuartas partes del petróleo que bombea diariamente, cifrado en unos dos millones de barriles.

Invulnerable

Según un reveló recientemente un joven técnico iraní hasta hace dos meses destiriado en la terminal de Jarq, "la vulnerabilidad de la terminal de carga es mínima, casi nula, en virtud de la concentración de numerosas armas antiaéreas acumuladas allí por el ejército de Irán". Según el mencionado técnico, "una simple cerilla, de caer sobre Jarq, provocaría su voladura instantánea".

Empero, el hecho de que el supuesto hundimiento de los cinco petroleros no haya sido aún desmentido por Teherán hace creer a los observadorei; que el episodio puede haber sido cierto, aunque no tan cerca de Jarq, y que la situación en la zona se ha agravado súbitamente. En repetidas ocasiones las autoridades de la República Islámica de Irán, han insistido en su propósito de bloquear el estrecho de Ormuz -cuello de botella, controlado por Irán, por donde transita el 60%. del petróleo consumido por Europa- si no se impedía a Irak bombardear las terminales petroleras iraníes del Golfo Pérsico.

En este sentido se pronunció a primeros del pasado mes de septiembre Hasemi Rafsanjani, presidente del Mailis (Parlamento) y virtual número dos del régimen de Teherán, en réplica al bloqueo de los puertos iraníes del Golfo Pérsico decretado por el presidente iraquí Saddam Hussein el pasado 15 de agosto. En aquella ocasión, Saddam Hussein dijo: "la isla de Jarq, sus instalaciones petroleras, los buques de transporte de crudo anclados o los que cargan allí petróleo, sea cual sea su nacionalidad, serán el objetivo de la Fuerza Aérea de Irak".

El presidente iraquí precisó además que los petroleros que se acerquen a la isla "serán también objetivos de la aviación" y, a propósito del hundimiento, reciente entonces, de dos petroleros uno de bandera griega y otro surcoreana, Saddam Hussein dijo: "es difícil distinguir si un barco es griego o iraní".

Yugular petrolera de Europa

Pese a tales amenazas y no bien las primas aseguradoras de los petroleros que surcan habitualmente aguas del Golfo Pérsico crecieron sustancialmente a raíz de aquellas, las compañías petroleras europeas siguieron operando en la zona, incluso después del hundimiento de dos buques, de pabellón no determinado, el pasado 4 de septiembre en aguas del canal de Jorra Mussa, al Norte del Golfo, no lejos del importante puerto iraní de Bandar Jomeini.

Por el estrecho de Ormuz cruza casi la totalidad de las exportaciones petroleras de Kuwait, los Emiratos Arabes Unidos, Qatar, Bahrein, buena parte de las de Irak e Irán, así como el 80% de las de Arabia Saudí, lo cual constituye alrededor del 60% de las importaciones de crudos de los países de la OCIDE y el 31'4% de las exportaciones mundiales de petróleo.

El pasado mes de septiembre, la asamblea de tripulantes del buque tanque español Melilla decidió negarse a zarpar desde el puerto de Fujairah rumbo a Jarq, por hallarse enclavada en una zona considerada como de guerra efectiva. Fuentes de la tripulación del petrolero español aseguraron entonces que la empresa propietaria del buque les había negado, hasta entonces, información sobre una eventual suspensión del seguro a los barcos que surcaran aquellas aguas.

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