_
_
_
_
_

Thatcher destaca la necesidad de mantener a punto las defensas de Occidente

Andrés Ortega

La primera ministra británica, Margaret Thatcher, señaló ayer en la apertura de la 28ª sesión anual de la Asamblea del Atlántico Norte que "no hay que poner en peligro la paz, bajando las defensas de Occidente". Thatcher habló del período de "incertidumbre" abierto con la muerte del presidente soviético Leónidas Breznev. "En los próximos meses juzgaremos si la política y la actuación soviética presentan nuevas oportunidades para la paz o nuevos peligros para la estabilidad. Trabajaremos para las nuevas oportunidades".En su discurso sobre los valores de la "libertad con justicia" -pronunciado entre los muros milenarios del Westminster Hall del Parlamento británico, la primera ministra indicó que la defensa pasiva no sirve. La lucha por la libertad humana es incesante. La amenaza está siempre presente".

Thatcher capitalizó su actuación en el Atlántico sur -"la seguridad de la Alianza Atlántica se ve afectada por acontecimientos del área cubierta por el tratado"- y, haciendo hincapié en su imagen de dama de hierro, afirmó que la "amenaza a la seguridad de Occidente es tan grande en 1982 como en 1949. Exigimos el ser convencidos de que cualquier nueva propuesta e inicitiva esté basada, no en cálculos propagandísticos a corto plazo, sino en una voluntad genuina de aumentar la seguridad de los pueblos del mundo".

"Es un hecho", prosiguió, "que si llegaramos a sacrificar la defensa a las necesidades del Estado de bienestar podría llegar un día en el que no tendríamos ni paz, ni libertad, ni seríamos capaces de proporcionar a nuestro pueblo escuelas, hospitales y todos los otros elementos de un Estado moderno y civilizado". La primera ministra rechazó el desarme nuclear unilateral del Reino Unido.

De hecho, las palabras de Thatcher contrastaron con la suave resolución sobre "las relaciones Este-Oeste después de Breznev", aprobada por la comisión política de la Asamblea del Atlántico Norte, que ayer celebró su primera sesión plenaria de esta 281 edición en Londres. Las sesiones de la comisión militar han estado dominadas por el tema de la renuncia atlántica a ser la primera en utilizar las armas nucleares -contraproductivas según su presidente, el diputado alemán Erwin Horn- por el debate sobre la retirada de parte de las tropas norteamericanas en Europa. La comisión militar decidió congelar el nivel de la presencia norteamericana en Europa.

Esta debía ser la primera sesión de la Asamblea a la que los representates españoles debería haber asistido en calidad de participantes, y no de observadores, como había sido el caso anteriorente. Un portavoz de la asamblea excusé la ausencia española en razón de las recientes elecciones generales, pero miembros de la delegación norteamericana no se sintieron satisfechos con esta explicación.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_