Descubiertos en Gijón restos de una población romana de importancia excepcional

JOSE MANUEL VAQUERO, Las excavaciones realizadas en la Campa Torres, península situada en Gijón, junto al puerto del Musel, revelan la existencia de restos de una población de la época romana, de importancia excepcional dentro del marcado ruralismo de la Asturias antigua, según manifestó a este periódico José Luis Maya, director, junto con la profesora J. Bellón, de un equipo de arqueólogos de la Universidad Autónoma de Barcelona y de la Universidad de Oviedo, que con una pequeña subvención municipal ha trabajado en esta investigación durante el pasado mes de septiembre.

Los eruditos gijoneses aludían en el siglo XIX al descubrimiento de actuaciones de Augusto y Tiberio, lo que demostraba la utilización del poblado de la Campa Torres a partir de principios del siglo después de Cristo. La estación arqueológica pasó inadvertida desde entonces para los investigadores, hasta que, en 1972, J. M. González, profesor de la Universidad de Oviedo, identificó un castro o poblado romanizado, del que dio cuenta en conferencias y publicaciones.Posteriormente, en agosto de 1978, el doctor José Luis Maya y la profesora J. Bellón iniciaron unas excavaciones que demostraron la existencia de una interesante población romana con construcciones cuadrangulares, ajenas a la tradición indígena, correspondientes a los siglos I-II después de Cristo.

En septiembre de 1982, el profesor Maya, con la colaboración del Ayuntamiento de Gijón -de mayoría de izquierda- y de la Subdirección General de Arqueología, representada por el gijonés M. Fernández Miranda, reemprendió las excavaciones, que descubrieron nuevas habitaciones, abandonadas al parecer sin violencia en el siglo II después de Cristo, cuyos materiales -vidrios, cerámica romana tipo terra sigillata, bronces, etcétera- ya debían estar vigentes en el siglo I después de Cristo, es decir, poco más tarde de la conquista de los romanos.

José Luis Maya afirma que la investigación no ha hecho más que empezar, y que exige una continuidad en los próximos años para obtener mejores resultados. Ello implica, agrega, una protección de los sectores arqueológicos excavados, capaz de evitar que esos testimonios de nuestra historia, que han logrado sobrevivir dos milenios, sean destruidos por personas que "bien por desconocimiento o por carecer del sentimiento de colectividad del patrimonio cultural, destruyen los muros o vierten en ellos todo tipo de basuras, borrando los vestigios de unas construcciones que quizá correspondan a una de las pocas poblaciones con la suficiente importancia en Asturias como para ser reseñadas por los escritores griegos y romanos: el oppidum Noega. Noega era una ciudad astur citada por Estrabón, Mela, Plinio y Tolomeo, cuya localización actual. se desconoce.

La Campa Torres reúne las condiciones ideales para crear un poblado de fácil defensa, gracias a sus laderas cortadas en pico sobre el mar Cantábrico, que sólo dejan paso accesible por el suroeste. Por, este motivo, en la zona del istmo se concentraron las defensas en forma de dos fosos con parapeto intermedio y una muralla de gran grosor. Los numerosos restos de la población romana están en su interior, tras un montículo que favorecía la protección del acceso a una llanada (campa, en asturiano).

El cabo de Torres llamó la atención de los investigadores a lo largo de los siglos por su espectacular asentamiento. En el siglo XVI, el arcediano, de Tineo mencionaba la aparición de una lápida dedicada a Augusto al pie del montículo, que es para muchos estudiosos una de las tres piezas denominadas aras sextianas, que conmemoraban la victoria de Augusto sobre los astures en las guerras cántabras, y que actualmente pertenecen a la colección privada ovetense denominada Tabularium artis asturiensis. En 1973, el arquitecto del puerto del Musel, Manuel Reguera, que excavó en la Campa Torres, remitió un informe a Jovellanos, en el que le daba cuenta del hallazgo de unos edificios, hoy perdidos, que, en su opinión, podrían haber sido el emplazamiento de las aras sextianas.