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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Una extraña película de Nicholas Ray abrió la semana de cine de Valladolid

Nunca volveremos a casa, obra póstuma e inacabada de Nicholas Ray, abrió las proyecciones de la 27ª edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid. El filme había despertado una gran expectación, porque supone una especie de testamento cinematográrico del director de 55 días en Pekín y la vuelta a sus orígenes. Tras ser rechazado por el cine comercial, la película sorprendió y causó extrañeza, porque es imposible encasillarla en ningún esquema; rompe con todos.

La película de Ray es una obra de absoluta creación, de imaginación total, difícil de comprender y que rezuma pesimismo. Nicholas Ray, con graves problemas económicos, olvidado de los productores, con muy pocos medios y ya con una enfermedad incurable, rueda en vídeo, en super-8, en 16, en 35; experimenta formas de expresión, utiliza el propio filme para impartir clase a sus alumnos. La libertad con que está planteada la película es total. Ray hizo lo que quiso, sin cortapisas, y alumbró una obra caótica e irregular, en la que parecen convivir su deseo de buscar nuevas fórmulas expresivas y la decepción-satisfacción por regresar a sus comienzos, tras haber triunfado y después de haber tenido que realizar cosas que no le gustaban.El último filme de Ray volverá a proyectarse en Valladolid, dado el interés de muchos críticos y espectadores por verlo, ya que, al margen de los valores cinematográficos, es un testimonio fundamental para entender la trayectoria de los últimos diez años de un artista que había apostado por la creación en libertad.

Durante las dos primeras jornadas del certamen se han iniciado también las proyecciones de los ciclos dedicados a Edgar Neville y al cine independiente americano. El primero está permitiendo a muchos cinéfilos el poder reencontrarse o conocer una filmografía y un director al que se le han colgado muchos sambenitos. Los filmes del cine independiente americano constituyen una de las principales atracciones de la Seminci, fundamentalmente porque engloban todas las corrientes del cine marginal que allí se hace.

En la mañana del domingo, en un acto celebrado en el Ayuntamiento de Valladolid, tuvo lugar la apertura oficial de la Seminci. El alcalde, Tomás Rodríguez Bolaños, aseguró en su intervención que el futuro de la muestra estaba totalmente asegurado, tras la próxima firma de un consorcio entre el Ayuntamiento, la Diputación y el Consejo General de Castilla y León para constituir una entidad que dé soporte jurídico a la semana. El Ayuntamiento participa con el 50%, y los otros dos organismos, con un 25% cada uno.

Colegas, de Eloy de la Iglesia, estrenada en la noche del domingo, con asistencia del director y de los principales actores -entre ellos, Antonio y Rosario, hijos de Lola Flores-, desató la polémica. Y no porque el filme tenga mucho que discutir, sino porque el coloquio mantenido con Eloy de la Iglesia tras la proyección acabó degenerando en un enfrentamiento verbal entre el director y quienes, los menos, defendían su cine y un grupo más numeroso que arremetió contra la obra y contra la trayectoria cinematográfica del director.

Colegas plantea la historia de tres jóvenes -dos amigos y la hermana de uno de ellos, que es la novia del otro- que viven en un suburbio madrileño. La lucha por un puesto de trabajo, el embarazo de la chica, la marginación, las vicisitudes que corren para intentar conseguir el dinero con que pagar el aborto, su contacto con el mundo de la delincuencia, en el que no quieren entrar, pero que bordean constantemente como unica posibilidad de lograr el dinero, aparecen en la película, pero tratados sin profundidad, de forma un tanto chabacana y con más miras de hacer un filme vendible que de analizar ese mundo.

El mismo Eloy de la Iglesia reconoció que Colegas no es una película de festival, sino "dirigida a un público popular. La acogida que ha tenido aquí me ha sorprendido agradablemente y demuestra que tiene interés" (se refería a los aplausos, no muchos, que sonaron al final). Le llovieron los palos y las críticas -"Se puede y hay que hacer cine popular, pero mejor hecho"-, si bien también tuvo un puñado de defensores. El filme puede tener éxito comercial, aunque aporte muy poco en todos los aspectos.

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