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Los conservadores británicos insisten en controlar el gasto público para resolver la crisis económica

Andrés Ortega

El Gobierno británico cree tener la clave para la regeneración de su economía nacional. Pide tiempo. A pesar de los 3,3 millones de parados, no variará el rumbo de su política económica y redoblará sus esfuerzos para el control del gasto público.

Este es el mensaje de la sesión de ayer en Brighton del congreso anual del Partido Conservador. Se potenciará la privatización en todas las esferas de la economía, incluida la salud pública, que el ministro del ramo, Norman Fowler, prometió, sin embargo, defender. El partido "tiene que dar un mayor énfasis al papel de la compasión y del sentido común en su política", rezaba una resolución que se aprobó ayer.El tradicional estado del bienestar en el Reino Unido está en peligro. Recientemente se filtró un informe del Tesoro sobre la privatización de la salud pública y gran parte de la Seguridad Social y de la enseñanza. De aplicarse, cada familia de cuatro personas tendría que desembolsar 120.000 pesetas al año para garantizar su cuidado médico.

Fowler calificó de absurda la acusación de que pensaba abolir la salud pública. Por el momento, pretende racionalizarla (en 1982 cuesta 260 libras por persona, frente a 165 libras en 1979), desburocratizarla e inyectarle nuevas ideas; entre ellas, la de encargar más servicios a concesionarios privados. Una comisión presidida por personalidades del sector privado estudiará estos proyectos.

Informe archivado

Si este informe ha sido archivdo, no ha sido tirado a la papelera, a pesar de los esfuerzos del ahora moderado ex primer ministro conservador Edward Heath para que el Gobierno fuera con una política clara en este campo a las próximas elecciones generales."No necesitamos lecciones sobre el paro", afirmó el canciller del Exchequer, sir Geoffrey Howe, defendiendo los logros de su gestión. La inflación ha bajado a un 8% anual y seguirá disminuyendo, y "la inflación no es tina alternativa al paro; es una de sus causas". Los tipos de interés han bajado un 5,5% en los últimos doce meses, las empresas cotizan menos a la Seguridad Social yse han suprimido los controles de cambio y de precios.

El Gobierno no ha logrado reducir el gasto público, y este fue el punto central de la crítica de los oradores de ayer. Howe se defendió asegurando que hubiera aumentado en un billón de pesetas de no haber seguido la actual política de recortes. El paro es caro en un país donde el seguro de desempleo puede ser de por vida. El funcionariado estatal, señaló Howe, será en 1984 más pequeño y más eficaz que en ningún otro momento desde 1945. En la industria, la productividad ha aumentado en un 2%. El canciller aseguró que, si la situación económica no se lo permite, no recortará los impuestos para ganar votos.

Pero el déficit presupuestario se ha reducido de un 4,3% en 1978 a un 2,2% en la actualidad. Howe se mostró sarcástico hacia el socialismo francés, que ha tenido que recoger velas, y culpó a la última crisis del petróleo en 1979.

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