David Lipszyk retrata en 'Volver' la 'realidad grotesca' de Argentina
Recibió ayer el premio de Nuevos Realizadores
David Lipszyk, autor de la película con nombre de tango Volver, donde el estilo se corresponde a la "realidad grotesca que vive la Argentina de hoy", es el primer director argentino que acude en los últimos años al Festival de San Sebastián, donde ayer ganó el premio de Nuevos Realizadores concedido por un jurado que presidió el novelista peruano Mario Vargas Llosa y que estaba integrado por Fernando Colomo, Ricardo Muñoz Suay, Román Gubern y el realizador mexicano Carlos Velo. El premio es de 10.000 dólares (1.200.000 pesetas).
Nacido en 1935, David Lipszyk ha fundado la Escuela Panamericana de Arte y la productora LDG Films, y ha dirigido El corazón delator, una obra basada en un cuento de Edgard Allan Poe. Actor antes que director, ha utilizado con acierto, en opinión de la crítica, un guión de Aida Bomitk, en el que se narra el encuentro en Argentina de dos antiguos amantes, dieciocho años después de su separación.Lipszyk se declara miembro de esa generación de cineastas argentinos que adaptan sus cámaras a la realidad social de ese país latinoamericano. "Sí, yo asumo esa temática argentina común a muchos realizadores que analizan con crudeza la realidad que nosotros vivimos. Es un cine desesperanzado, sí, pero profundamente real. Tanto que representa un trozo de nuestra vida".
El director de Volver afirma que ha venido al festival no para competir, sino para representar a su país y mostrar su película. La acogida que le ha dispensado el público donostiarra constituyó para él una sorpresa, porque creía que su película tenía un interés limitado al ámbito latinoamericano. "Atribuyo esta acogida al hecho de que temas como el desarraigo o el paro, el amor al terruño o la nostalgia son hoy día fenómenos constantes en muchas partes del mundo".
Un guión a la medida de Héctor Alterio
El director argentino está igualmente satisfecho del trabajo de los actores de Volver, Héctor Alteño y Graciela Dufau. "Elegí a Héctor Alterio como protagonista del filme antes de que se acabara el guión. Puede decirse incluso que el guión fue dibujado sobre la figura o, mejor, sobre la piel de Héctor Alterio, un hombre que precisamente ha vivido el desarraigo y la emigración, algo, por otra parte, común a la Argentina de hoy, donde la mitad nos vamos y la otra mitad nos quedamos".
El título de la película, Volver, que muchos espectadores han interpretado como una invitación a los soldados argentinos que luchaban en la guerra de las Malvinas en las fechas inmediatamente posteriores al rodaje de la película, no guarda relación, al parecer, con ese acontecimiento bélico, según Lipszyk, ya que el guión fue escrito seis meses antes y la película fue montada incluso antes de que empezara la guerra.
Una parábola sobre la crisis argentina
"Lo que sí ha influido en mi película", señala, "han sido las circunstancias sociales y políticas existentes durante esos meses en la Argentina. Fueron estas circunstancias las que me llevaron a modificar sustancialmente el encuadre y el montaje de la película. De hecho, llegué a la conclusión de que los dos antiguos amantes no podían ya relacionarse porque existía de por medio un desgaste y una frustración, porque el protagonista masculino regresa a la Argentína con la misión de cerrar una fábrica. Una misión", añade, "que es para mí una especie de parábola de la crisis".
David Lipszyc considera que el sarcasmo y la ironía latente que aparecen en la película Volver responden a su estilo de relatar, un estilo que a su juicio se corresponde perfectamente con la realidad grotesca que vive la Argentina de hoy. "Vivimos", dice, "en un país surrealista, donde el sarcasmo es la forma de endurecemos frente a esa realidad".
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