La ausencia de Gloria Swanson priva al certamen de uno de sus principales alicientes de este año

Gloria Swanson, uno de los mitos supervivientes del cine. mudo, la estrella de La reina Kelly, de Eric von Stroheim, y la actriz de Sunset boulevard, de Willy Wilder, no va a venir a San Sebastián. Un dolor en su espalda, cargada ya con muchas decenas de años, al menos esa es la excusa, la va a convertir en una sombra, y los muchos que la esperaban en San Sebastián van a tener que conformarse con el hueco que dejará en su homenaje. El Festival de San Sebastián pierde así uno de sus máximos alicientes de este año.Su compatriota Joan Fontaine, la suave heroína de Rebeca y Sospecha, ambas de Alfred Hitchcock, llegó y se encerró en su hotel bajo siete llaves, convirtiéndose, por ahora, en otra sombra. Como Laura Betty, como Xavier Cugat, como Antonio Vilar y otras viejas glorias que pasean más o menos anónimamente en San Sebastián sin llamar más atención que el recuerdo repentino de un peatón nostálgico, que se para, mira y dice: "¿No es ese el o la que trabajaba en... ?". Y luego, el título de alguna vieja película olvidada.

Una película aparatosa y brillante

En las salas de proyección del festival nos dieron ayer una aparatosa y, como es costumbre en él, brillante película de Richard Brooks, Objetivo mortal. La complementó en la sección oficial la película australiana Heatwave, de Philip Noyce. En la sección de Nuevos Realizadores se pasó anteayer una película argentina interesante, pero recibida con fuerte división de opiniones: Volver, interpretada por Héctor Alterio y dirigida por David Lipszyc; otro filme español titulado Femenino singular, de Juanjo López; y tres películas norteamericanas. Simultáneamente, en las secciones paralelas, prosiguieron los homenajes a Fassbinder, Rosellini, Torre Nilson y al cine español de los años cincuenta, con la proyección del curioso filme La corona negra, de Luis Saslavsky.

Costa Gavras Regó, presentó a toda velocidad su última película Missing, dio su conferencia de Prensa, en la que protestó porque se le encasillara sistemáticamente en el género de cine político, cuando lo cierto es que todas sus películas son de este tipo, y se marchó con su inconsecuencia a cuestas.

Prosiguieron, ya con una mayor afluencia de productores, lo que provocó un debate más vivo y un mayor contraste de posturas, las conversaciones entre responsables de TVE y el Ministerio de Cultura con representantes de la industria del cine español, para esbozar las futuras fórmulas de colaboración entre cine y Televisión, que es una de las escasas posibilidades que le quedan al cine español de racionalizar las inversiones y de establecer planes de producción a medio y largo plazo.

Se debatieron aspectos clave del asunto, como es el dilema entre coproducción y cofinanciación en las relaciones TVE-cine; el problema de la independencia del productor en una relación de poder tan desigual como sería la de la empresa privada y el ente público; la reactivación de la enseñanza del cine y del cortometraje a través de TVE, y otros muchos de no menor importancia.

Todo ello en un esfuerzo por buscar un modelo español para esa colaboración, adaptado a las peculiaridades -que Julio Diamante llamó kafkianas- de TVE y a las de la industria española, que Méndez Leite consideró en peligro de que tomaran a la televisión como una panacea. El asunto, como se ve, es muy complejo, pero poco a poco se va desbrozando y ya hay sensación de que algo se adelanta en lo relativo a clarificación de los términos y las opciones. Después, el poder político, que sigue y seguirá instrumentalizando a TVE, es el que tiene la palabra.

Una baza importante

En la sesión de mañana, y dentro de la parte oficial de la programación, el cine español presenta otra de sus bazas fuertes en esta edición del Festival de San Sebastián: el nuevo filme de Manuel Gutiérrez Aragón, Demonios en el jardín, que aquí se espera tal vez con más expectación que ningún otro. El filme viene precedido, desde las proyecciones privadas que recientemente se han hecho en Madrid, de cierto contraste de pareceres, pero la impresión general es que se trata de una película interesante y compleja.