Protagonismo de la television belga en el festival de vídeo

ENVIADO ESPECIALLa televisión estatal belga (RTBF) ha protagonizado la sesión más importante de la quinta jornada del Primer Festival de Vídeo. La RTBF es la única TV europea que tiene un espacio regular, dentro de su programación convencional, dedicado a las producciones de artistas en vídeo, titulado Videographie. Se trata, a juicio de los autores presentes en el festival, de un caso modélico en el mundo -con la excepción de algunas emisoras de Estados Unidos-, ya que ninguna estación se ha atrevido hasta ahora a emitir estas producciones, casi todas experimentales, de muy difícil asimilación para el conjunto de las audiencias.

El espacio Videographe tiene una duración de 45 minutos, se emite una vez al mes, los miércoles, por la segunda cadena de la RTBF. Un tercio de los programas de que se nutre el espacio corresponde a producciones de artistas norteamericanos, el país donde más desarrollado está el trabajo independiente en vídeo; otro tercio de la programación está dedicada a producciones de artistas europeos; la RTBF paga por estos programas aproximadamente 3.370 pesetas el minuto; el tercio restante de Videographie lo constituyen producciones efectuadas por la MF, que financia así proyectos de artistas de todo el mundo, a quienes presta además los equipos técnicos y humanos de la empresa. Estas producciones, sin evaluar los costes de personal y equipos de la RTBF, tienen un presupuesto de unas 600.000 pesetas por programa, según datos facilitados por Jean Paul Trefois, responsable del programa Videographie.

El carácter vanguardista de los programas, su relativamente escasa audiencia y la hostilidad de los empleados fijos de la MF hacia los autores independientes de vídeo, son los principales enemigos de este espacio que se emite a través del centro de Lieja. Trefois lo define como "una emisión experimental de la televisión belga todavía no suprimida". Su objetivo es

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"difundir y producir realizaciones independientes de vídeo-arte".

Trefois considera que la audiencia media del programa, 35.000 teleespectadores al mes -el 1% del total de la audiencia potencial belga, de aproximadamente 3,5 millones de teleespectadores-, es suficiente para garantizar la continuidad del mismo, entre otras razones porque "¿qué museo en el mundo puede contar en menos de una hora con la visita de 35.000 personas?".

Videographie presentó en el Festival de Vídeo cuatro programas financiados por la RTBF: Liege: 12.9.77, del catalán Antoni Muntadas; Twins y Concept Video, del flamenco Franck van Erck; La bataille de San Román, del belga André Romus y Galerie de Portraits, de la belga Marie Andrè.

La obra de Muntadas (realizada, como indica su título en 1977, con una duración de dieciséis minutos) propone una reflexión sobre la información que la televisión suministra a los telespectadores belgas, en un estado multinacional y multicultural, el país europeo que más canales de televisión puede recibir. La plúralidad lingüística y televisiva -tres monitores en una sola pantalla ofrecen simultáneamente, en una de las secuencias de la cinta, programas en lengua francesa, flamenca y alemana- plantea problemas relacionados con la comunicación, la perfección de la información en función de los distintos orígenes y hábitos de los teleespectadores, y consideraciones sobre la objetividad y subjetividad del proceso comunicativo, temas todos ellos preferentes en la obra de Muntadas.

Van Erck propone, en su obra de 1979, una singular reacción artística de desdoblamientos y superposiciones de un mismo espacio mediante el dibujo sobre el rostro y cuerpo de la modelo, obtenido a través de un espejo transparente. Este efecto de espejo está realizado por un Kuantel norteamericano, instrumento que se utiliza por vez primera en Europa y que además del efecto espejo comprime el espacio de la imagen.

Romus reconstruye electrónicamente con imágenes contemporáneas uno de los fragmentos desaparecidos del fresco del pintor Paolo Uccelo, La batalla de San Román, en una cinta homónima de 24 minutos, producida en 1980.

La obra Galerie de Portraits, gran premio del Festival de Vídeo de Locarno de 1982, es una realización impecable de 45 minutos, que se distingue por la heterodoxia de los encuadres y tamaños de los planos, que suponen una ruptura con el lenguaje del cine y de la TV.