El ingreso de España en el CERN permitirá desarrollar la investigación básica
El Consejo Europeo de Investigación Nuclear (CERN) ha aprobado hace unas semanas la solicitud de integración de España en su seno. Para que la entrada de nuestro país en este organismo se haga efectiva sólo falta su ratificación por parte del Congreso de los Diputados, que será posiblemente unánime. Cumplido este requisito, España pasará a formar parte de uno de los centros de investigación más prestigiosos del mundo, cuyo objeto es la física de altas energías. Esta disciplina integra los conocimientos sobre la estructura de la materia a nivel subnuclear, es decir, a escalas dimensionales inferiores a las del núcleo atómico. Al CERN pertenecen ya doce países europeos.Juan Antonio Rubio, 38 años, doctor en Ciencias Físicas y responsable de la Sección de Altas Energías de la Junta de Energía Nuclear, conoce a fondo el tema de las negociaciones España-CERN, ya que ha participado en todo el proceso de integración. Aunque, en realidad, podría hablarse de reintegración. España fue miembro del CERN hasta 1968, fecha en que se decidió la retirada, por motivos económicos y también, según J. A. Rubio, porque la infraestructura científica española era aún escasa.
Pregunta. ¿Qué dificultades ha encontrado España para reintegrarse al CERN?
Respuesta. Muy pocas, prácticamente ninguna. Hace unos dos años la comunidad de fisicos de altas energías, cuyos núcleos experimentales más importantes son los de las universidades de Santander y Valencia y el de la propia Junta, decidió realizar un estudio sobre la posible adhesión al CERN. Ese estudio o plan lo presentamos no sólo al Gobierno, sino también a los partidos con representación parlamentaria. Debo decir que la acogida a nuestro plan fue muy favorable, por lo cual ya presentamos un proyecto más concreto a los ministerios de Industria y Educación y Ciencia, que son los que, lógicamente, han negociado con el CERN.
El factor económico
P. España abandonó el CERN hace años por cuestión económica. ¿Qué papel ha desempeñado este factor en la reincorporación?R. Sin duda el factor económico es importantísimo, y es otra de las razones por las que estamos muy satisfechos de cómo han salido las cosas. Se han conseguido unas condiciones de integración excelentes. España no tiene que pagar la penalización establecida para los nuevos miembros, los cuales deben abonar una cuota en pago de las instalaciones de las que pasan a ser copropietarios. Además, vamos a gozar de una reducción de las aportaciones anuales al CERN.
P. Aunque la aportación española al CERN sea de momento pequeña -setecientos millones de pesetas en 1983-, las cifras del presupuesto de este organismo son bastante altas, del orden de los 33.000 millones de pesetas al año. ¿Cree usted que puede provocar críticas la integración española en una organización tan cara, dada la crisis económica que atravesamos?
R. De momento yo no tengo conocimiento de que haya habido ninguna crítica en este sentido, pero es posible. Alguien puede pensar que el dinero que vamos a aportar al CERN se podría invertir en cuestiones más urgentes, aunque, a mi modo de ver, para dar solución a los problemas económicos es necesaria una tecnificación del país.
P. Habría quien objetaría a su argumento que el CERN no hace precisamente investigación aplicada, sino básica, como son los experimentos dirigidos a descubrir la estructura última lide la materia...
R. Es verdad que no tiene aplicaciones tecnológicas a corto plazo, pero a largo sí y debemos recordar que todas las revoluciones tecnológicas se han basado en la investigación fundamental. Además, esta investigación básica hace avanzar tecnologías colaterales. A medida que la tecnología avanza, los plazos entre los descubrimientos en investigación básica y la aplicación tecnológica correspondiente disminuyen.
Objetivos industriales
P. La CEOE se ha puesto en contacto con el CERN. ¿Significa esto que las investigaciones tienen una vertiente industrial?R. Yo también tengo noticia de que se han producido esos contactos, y lo veo lógico. El CERN tiene incidencia en la industria. Sus experimentos requieren equipos que deben ser construidos por las empresas. Además, está la cuestión de las patentes; cuando en el CERN se inventa algo, la patente se entrega a cualquier empresa de un país miembro. Cuando se cuestiona el gasto que el CERN supone, se puede argumentar que ha generado una riqueza entre tres y seis veces el volumen de inversiones de toda su historia.
P. ¿Qué repercusiones puede tener para la ciencia española el ingreso en el CERN?
R. Yo creo que es importantísimo para poder desarrollar la comunidad de físicos de la especialidad hasta niveles europeos. Debo decir que, cualitativamente, nuestro nivel medio no es más bajo que el europeo debido a que todos hemos pasado varios años investigando en el centro o en Estados Unidos, pero somos pocos. Puede impulsar también la enseñanza en las facultades de Física, que es, desde un punto de vista experimental, bastante deficiente, ya que es pequeña la infraestructura disponible para que los alumnos se vayan acostumbrando a investigar.
P. ¿Existen ya proyectos de investigación para presentar al centro por parte española?
R. España participa en un proyecto que se inicia este año, el LEP (Large Electron Positron -storage rings-). Contará con cuatro experimentos para los que hay presentadas siete propuestas, dos con participación española.
P. ¿Cree usted que en los políticos españoles, a la hora de dar su aprobación al proyecto, ha influido la idea de que con la entrada en el CERN estamos un poco más cerca del Mercado Común?
R. Sí, pero no de esa manera. He oído decir a autoridades y representantes científicos que están cansados de salir por Europa y no ver a España en los mapas de organizaciones europeas.
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