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La conferencia sobre políticas culturales puede convertirse en un proceso al armamentismo

Representantes de 154 países, entre ellos una veintena de ministros, asistieron el lunes, en México, a la apertura de la II Conferencia Mundial sobre Políticas Culturales, convocada por la Unesco. El propósito es analizar lo que ha ocurrido en el ámbito de la cultura desde que, doce años atrás, se celebró la primera reunión de este tipo en Venecia. El presidente del consejo ejecutivo de la Unesco, Victor Massech, dijo que unos 600.000 científicos (la mitad de los cerebros dedicados a la investigación en el mundo) están vinculados a programas de producción de armamentos. No es extraño, en estas circunstancias, que la conferencia amenace con convertirse en un proceso al armamentismo en el mundo.

Los trabajos preparatorios de la conferencia sobre políticas culturales y los primeros discursos han puesto ya en evidencia dos cuestiones que prometen dominar los debates: el intento del Tercer Mundo por librarse de un neocolonialismo cultural y la denuncia del armamentismo, que resta cuantiosos recursos a la educación.Después de la apertura oficial, a cargo del presidente de México, José López Portillo, el secretario de Educación de este país, Fernando Solana, esbozó el marco general en el que se celebra esta conferencia. "El triunfo de la producción en el mundo", dijo, "no ha significado el triunfo del hombre". Se apoyó en la existencia de más de treinta millones de desempleados en los países ricos, más de ochocientos millones de analfabetos en el Tercer Mundo y la mitad de la población mundial con una dieta alimenticia inferior a la aceptable.

"Algunos seres humanos nacen, comen, viven y mueren, como ocurría hace 200 o 2.000 años. Otros viven en el momento de avanzada de la historia: producen, consumen, crean en condiciones que definen los más altos niveles de progreso".

El ministro mexicano, que fue aclamado como presidente de la conferencia, apuntó que el desarrollo de las comunicaciones no ha mejorado la comprensión entre los pueblos y que el avance científico se ha revelado incapaz. de detener la pugna de las ideologías y superar el recurso a la violencia.

La humanidad vacila

En este mismo sentido abundó el secretario general de la UNESCO, Amadou-Mahtar M'Bow, al señalar que en la cúspide de su poderío intelectual y material, la humanidad vacila entre dedicar los inmensos recursos de que dispone al beneficio de todos o invertirlos en proyectos que conducirán irremediablemente a la guerra, al final de la historia del hombre, de su aventura cósmica.El presidente del consejo ejecutivo de la Unesco, Victor Massech, dijo, por su parte, que unos 600.000 científicos están vinculados de una u otra forma a programas de producción de armamentos. "Además de su enorme costo", dijo, "la carrera armamentista genera en la juventud una sensibilidad apocalíptica perniciosa, que la inclina hacia el nihilismo o bien la lleva a exigir el desarme a cualquier precio".

Según las cifras manejadas en la conferencia, más de 500.000 millones de dólares anuales se destinan a gastos de defensa, frente a 330.000 millones dedicados a la educación. Esta desproporción no sólo se registra en los países desarrollados, sino también en el Tercer Mundo y a veces en medio de situaciones en que sus habitantes padecen hambre física.

Entre los ministros asistentes está la española Soledad Beceril, que ocupa una de las vicepresidencias, y que, según el orden del día, debía intervenir ayer. En la primera sesión lo hicieron el ministro de Cultura de Túnez y el ex presidente senegalés, Leopold Sedar Senghor. La ministra griega Melina Mercuri, ha anunciado que utilizará el foro de la conferencia para reclamar la devolución a su país de los tesoros arqueológicos griegos, que se encuentran actualmente en el museo británico.

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