El nuevo presidente boliviano promete la restauración democrática en 1983
El nuevo presidente de Bolivia, general Guido Vildoso Calderón, de 45 años de edad, aseguró ayer que conducirá al país andino hacia la institucionalización democrática y entregará el poder a los civiles victoriosos en las anunciadas elecciones del 24 de abril del próximo año, informa Efe desde La Paz.
Guido Vildoso hizo estas declaraciones en su toma de posesión como nuevo primer mandatario boliviano. "Asumo la presidencia", dijo, "por mandato de las Fuerzas Armadas en momentos críticos de la historia de Bolivia". Aseguró que la etapa de transición "no se presenta fácil" y reclamó el respaldo y la unidad de los bolivianos para restaurar la democracia, superar la crisis económica y moralizar el país.El presidente, que sustituye al también general Celso Torrelio, forzado a dimitir por sus camaradas de armas, confirmó que el poder será entregado el 6 de agosto de 1983 a los vencedores de las elecciones y que en el plazo de un mes se nombrará un tribunal electoral para fiscalizar la honestidad de los previstos comicios.
Guido Vildoso salió al paso de las diversas versiones periodísticas acerca de las discrepancias que ha suscitado su nombramiento en la jerarquía militar. "Hubo consenso entre todos los miembros de la institución, sin diferencias", aseguró.
Sin embargo, el hecho de que primero se aplazara y después se adelantase su toma de posesión en varias horas se interpreta como consecuencia de la crisis económica y política del país, donde juega un papel fundamental las divergencias militares.
El rechazo por un sector del Ejército del golpe militar sangriento con que el general García Meza rompió en 1980 el proceso democrático iniciado por la presidenta interina Lidia Gueiler provocó dos tendencias claras en el seno de las Fuerzas Armadas.
Las acusaciones de corrupción, complicidad en el tráfico de droga y violación de derechos humanos contra la línea dura encabezada por García Meza acabaron finalmente en la destitución de éste. Sin embargo, aunque circunscrita a las guarniciones de La Paz y al Estado Mayor del Ejército de Tierra, los duros se mantienen en el poder.
El otro sector, la denominada ala institucional, partidario de una rápida restauración democrática, se benefició del deterioro de los duros y recibió el apoyo de sindicatos y partidos políticos.
En el terreno económico, Guido Vildoso pretende introducir un plan de emergencia que consiga la reducción del gasto público y sentar las bases para la solución de la gravísima crisis por la que atraviesa Bolivia.
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