Orfebrería sacra y piezas de seda en una exposición en Valencia
La orfebrería y seda valencianas son motivo de una muestra presentada en la sala de exposiciones del Ayuntamiento de Valencia, que ha requerido un cuidado sistema de seguridad por el alto valor de las obras expuestas. La corporación invitó a todas las diócesis y parroquias del País Valenciano para que aportaran fondos a esta exposición, que supone una primera aportación a la recuperación histórica y estética de una de las artes menores más desbonsideradas por la secularización de la cultura.La exposición recoge testimonios desde los iberos hasta el siglo XVIII y ofrece una visión de conjunto de estas artes, que desde pequeños focos locales o comarcales se extendieron por el País Valenciano tanto en su faceta religiosa como civil. "Prácticamente la exposición es un testimonio de lo que hubiéramos podido tener sin guerras", manifiesta Miguel Angel Catalá, director de los museos municipales. "Con Pedro IV el Ceremonioso, en sus, guerras contra Pedro el Cruel, los tesoros de las iglesias valencianas fueron confiscados. Luego, en las germanías, el oro se volvió a fundir, y lo mismo sucedió en la guerra de la Independencia, por necesidades de obtener moneda".
En cualquier caso, la muestra recoge importantes vestigios del esplendor del arte de la orfebrería y seda en la Valencia medieval y gótica. La conquista de las tierras valencianas por las tropas catalano-aragonesas de Jaime I marcaron una nueva importancia religiosa, que se recoge en la cruz esmaltada de Játiva, atribuida a Pere Bernes, y en la. notable influencia de las piezas de orfebrería regaladas por papas valencianos a la familia Boria. Por medio de aquellos vestigios se introdujeron en la orfebrería medieval del antiguo Reino de Valencia las formas renacentistas, que tienen un brillante testimonio en la cruz renacentista de la iglesia arciprestal de Santa María, de Castellón.
Posteriormente, durante el siglo XVII, el auge económico permite realizar una orfebrería más ostentosa, como la custodia procesional de los padres dominicos de Valencia, las cruces procesionales de Chelva y Alcalá de Chisvert y el cáliz rococó de Burriana, testimonios todos ellos recogidos en la sala de exposiciones municipal.
Las sedas aparecen en los ornamentos conservados en el monasterio de El Puig, de los siglos XV y XVIII, en el frontal de la capilla de la Generalidad de Valencia y en ejemplares procedentes del Museo de Cerámica González Martí.
Las 130 piezas expuestas podrían ser muchas más si determinadas jerarquías eclesiásticas hubiesen dado más facilidades para el uso público de su patrimonio diocesano. Los organizadores han subrayado la falta de colaboración del Obispado de Orihuela
Babelia
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