El 'caído' Galtieri
Irónicamente se podría decir que el general Leopoldo Fortunato Galtieri tiene toda la razón: a una guerra no declarada por ninguna de las dos partes corresponde una rendición no declarada. Galtieri lo único que pretendía era mantener el conflicto armado con Gran Bretaña, ignorando la rendición del comandante en jefe de la defensa argentina en las Malvinas, que atribuía a una decisión personal. Galtieri pretendía que se ignorase la rendición para no reconocer su propia derrota. Formalmente intentaba proseguir una guerra informal para la que había perdido en el fragor de los combates toda capacidad técnica y para la que sólo contaba con efectivos humanos. El surrealismo puede ser una escuela en los ámbitos culturales y artísticos, pero nunca lo ha sido en el militar.Pero tampoco en el político. El general Galtieri, que vio su vanidad satisfecha hace unas semanas cuando el pueblo argentino le brindó su apoyo tras la aventura malvinense, no tuvo escrúpulos el martes de esta sernana para reprimir con violencia a los mismos que antes le habían aclamado, cuando la recuperación de las islas se había convertido en un nuevo motivo de frustración. ( ... )
La plaza de Mayo, escenario de la brutal represión en vísperas de la invasión -recuperación momentánea, según se mite- y escenario también de las manifestaciones de apoyo primero y de la represión otra vez, sintetiza el surrealismo de una situación que tiene su culminación en la caída del hombre al que se exaltaba hace unas semanas. La suya era una muerte política anunciada.
(.. .) A los manifestantes de la plaza de Mayo les asistía toda la razón: la infructuosa aventura de las Malvinas había tenido un coste altísimo de sangre argentina, cuya pérdida no se iba a compensar con monumentos ni con retóricas, y que ha supuesto la completa ruina de la economía argentina, si es que aún se podía arruinar más.
19 de junio
