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Debate en el Congreso sobre el síndrome tóxico

La comisión parlamentaria culpa a la Administración de la lentitud en las investigaciones

Modesto Fraile, vicepresidente del Congreso y presidente de la comisión parlamentaria investigadora del síndrome tóxico, insistió ayer, al presentar las conclusiones de la misma al pleno del Congreso, en que la intoxicación que hasta el momento se ha cobrado cerca de trescientos muertos fue producida por aceite de colza adulterado. Los informes científicos señalan claramente, sin embargo, el desconocimiento de la causa del envenenamiento masivo, aunque en algunos de ellos se establece una asociación entre la enfermedad y varias clases de aceite adulterado (no sólo de colza).

Las conclusiones de la comisión aportan poco a lo ya conocido, revelan la lentitud y descoordinacion de la Administración y recomiendan un cambio profundo en los ministerios implicados.El presidente de la comisión Congreso-Senado expuso que el trabajo no ha terminado y que debe continuar. En este sentido, se refirió a la necesidad de encontrar los resortes jurídicos que hagan posible la mejora permanente de nuestro sistema sanitario, asistencial y económico-administrativo. En cuanto a los trabajos realizados desde el día 7 de octubre, en que se constituyó dicha comisión, Modesto Fraile dijo que han comparecido ante ésta 184 personas, de las que 120 proceden de la Administración, veintinueve de asociaciones de afectados y el resto son expertos y técnicos de diversas cualificaciones.

El vicepresidente del Congreso se refirió también a los viajes a las zonas afectadas por el envenamiento masivo para conocer de cerca el problema. La comisión tuvo especial cuidado, según Modesto Fraile, en no llamar a encuesta a las personas sometidas a procesos judiciales, para no interferir la actuación de la autoridad judicial.

Conclusiones

Las tres áreas de investigación parlamentaria -asistencial, sanitaria y de servicios sociales; de investigación científica y económico administrativa- han emitido unas conclusiones finales, sobre las que pesan diversos votos particulares, que serán debatidos en este pleno.

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Las conclusiones, en su conjunto, aportan poco a lo ya conocido y publicado. Revelan la lentitud y la descoordinación endémicas de la Administración, que retrasaron la puesta en marcha de la asistencia asanitaria, y ponen de manifiesto la necesidad de criticar a los poderes públicos en el aspecto social, por cuanto la atención ha sido tardía, inconexa e insuficiente, a pesar de los esfuerzos encomiables de algunos funcionarios.

La enfermedad, según de la comisión parlamentaria, es de tipo sistemático y de evolución y secuelas imprevisibles, por lo que es necesaria una larga vigilancia de su proceso evolutivo. Ha existido falta de coordinación y protagonismo en algunas personas y centros en materia de investigación científica y es necesario un cambio profundo en los ministerios implicados. El informe apunta una serie de medidas -educativas, con relación al servicio militar, económicas y científicas, entre otras- para la normalización social de los afectados, la potenciación de la investigación de las causas de la enfermedad, la naturaleza de la misma y su desarrollo epidemiológico.

Especial dureza se observa en la señalización de las deficiencias en el área económico-administrativa, donde se insiste en el incumplimiento del Gobierno para la realización de un plan de mataderos, un inventario de organismos encargados del control alimentario y su coordinación, así como la refundición de normativas sobre inspección y vigilancia.

El informe denuncia también las irregularidades observadas en licencias de importación, que se remiten al ministerio fiscal para incoar, en su caso, los correspondientes expedientes sancionadores a los funcionarios responsables. Entre las propuestas figura la promulgación urgente de medidas sobre política de grasas y la continuacion de las acciones que los gobiernos del Estado y de las comunidades autónomas implicadas llevan a cabo para la reestructuración del olivar, con el fin de mejorar su productividad y la calidad del aceite de oliva y fomentar la producción de semillas de girasol y otras oleaginosas, que permitan un autoabastecimiento de grasas vegetales y un mejor desarrollo del sector agrícola.

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