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La guerra en el Atlántico sur

Aviones británicos 'bombardean' con octavillas a las fuerzas argentinas atrincheradas en Port Stanley

Andrés Ortega

Aviones británicos lanzaron ayer miles de octavillas sobre las fuerzas argentinas cercadas en la zona de Port Stanley (Puerto Argentino), capital de las Malvinas, pidiendo que presentaran la rendición y ofreciendo salvoconductos. En Londres, fuentes oficiosas señalaron que el general Jeremy Moore, al mando de las tropas británicas en tierra, tiene luz verde para lanzar el asalto final en cuanto estén dispuestas sus fuerzas. A largo plazo, el Gobierno de Margaret Thatcher contempla la independencia del archipiélago como mejor solución.

De los dos tipos de octavillas lanzadas, uno lleva impreso un salvoconducto en castellano y en inglés. "Piensa en el peligro en el que te encuentras", dicen estas octavillas redactadas en un tono sentimental que asegura que las raciones de alimentos y los suministros bélicos argentinos se están agotando.En la otra cara, un mensaje en castellano del vicealmirante John Woodward, comandante de la fuerza expedicionaria británica, al general Mario Menéndez, gobernador militar argentino de las islas: "Debe usted considerar sí hay alguna razón para continuar este combate en vista de los elementos que actúan en su contra".

El otro tipo de octavillas, también en castellano, pide a las tropas argentinas que tomen "la decisión correcta y honorable" de rendirse. En el reverso, la foto del capitán Alfredo Astiz, firmando la rendición de la guarnición argentina en Georgia del Sur.

Las tropas británicas seguían situándose y concentrándose en torno a Port Stanley (Puerto Argentino), continuando con el bombardeo y cañoneo contra la guarnición argentina. El Ministerio de Defensa no hizo ningún comentario oficial sobre las operaciones. En cuanto al incidente del bombardero Vulcan que se vio ayer obligado -tras ser interceptado por dos Mirages brasileños- a aterrizar en la base militar aérea de Río de Janeiro, el Ministerio en Londres "estaba investigando lo ocurrido". La primera versión oficial señalaba que se trataba de un "aterrizaje forzoso".

El general Moore dispone de total libertad para lanzar el asalto final sobre Port Stanley en cuanto sus tropas estén técnicamente dispuestas, posiblemente este fin de semana, declararon ayer fuentes oficiosas. El Gobierno británico no ha ejercido ningún freno político sobre Moore, a pesar de lo que ocurre en las Naciones Unidas o del hecho de que Thatcher haya "ofrecido" a los argentinos que acuerden una retirada inmediata sin condiciones, a completarse en un plazo máximo de catorce días.

Independencia

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En cuanto al futuro, "preferimos claramente una independencia de las islas garantizada por otros países", declaró una fuente próxima a la primera ministra. Esta había señalado la víspera que "después de todo, una parte fundamental de la Carta de las Naciones Unidas dice que los países tienen que llegar a un autogobierno y a la independencia. Pienso que podemos hacer esto con las islas". "Nosotros descubrimos" las islas Malvinas, añadió ayer Thatcher en otra entrevista. Las fuentes oficiosas insisten en la necesidad de una estabilización política de la zona y, para ello, el Gobierno británico desea que intervengan terceros países que tengan intereses directos. Londres pretende fomentar inversiones internacionales en las Malvinas. En su informe de 1976 sobre el archipíélago, lord Shackleton indicó que las islas deberían llegar a ser económicamente autónomas. "Esta era una ambición entonces, ahora es un objetivo", declararon las fuentes.

Estas han indicado que el primer objetivo después de la reconquista de Port Stanley será la restauración de la Administración británica de las islas. El gobernador, Rex Hunt, regresará a las Malvinas en una ceremonia triunfal. Las fuerzas militares estarán a su servicio, dando así una impresión de normalidad.

Para garantizar la seguridad de las islas a medio y largo plazo, Londres quiere establecer una fuerza multinacional. Esta no debe estar compuesta exclusivamente por países de la Commonwealth, pues Argentina la interpretaría como una fuerza colonial. La primera ministra, en declaraciones al corresponsal del Washington Post, reveló que pensaba en la participación de un país latinoamericano cuyo nombre no precisó. Londres no ha iniciado aún gestiones formales para la creación de esta fuerza, pero Nueva Zelanda se ha ofrecido ya como voluntaria.

Un punto fundamental de este plan será la participación de los Estados Unidos. Thatcher ha adelantado unas horas su viaje de hoy a París, para poder entrevistarse a solas con el presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, antes del comienzo de la cumbre occidental de Versalles. Thatcher quiere garantizarse el apoyo de Reagan en esta crisis, pero el presidente norteamericano no ha dado un apoyo incondicional. No ha dado luz verde para una restauración completa de la soberanía británica. Reagan había pedido al Gobierno británico un receso antes del asalto sobre Port Stanley.

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