Los libros viejos y de ocasión que mas se venden son los de viajes, caza y temas gastronómicos

Los libros de viajes, caza y cocina han resultado ser globalmente los más pedidos en la Feria del Libro de Ocasión, y según parece, como resultado de la aparición de coleccionistas nuevos. La Feria, que se clausura esta noche, ha sido considerada como un éxito por la mayoría de los libreros. De hecho, las ventas superan en esta sexta edición de la Feria de Lance, las cifras de los años anteriores, y, aunque los libreros se muestran remisos a dar cifras concretas, algunos libros han alcanzado precios espectaculares, se ha generalizado la venta de muchos que superan las 50.000 pesetas, y sobre todo, la de los libros promedio, entre las cinco y las quince mil. La afluencia de visitantes se calcula en el medio millón.

Por supuesto, son muchos los tipos de libros que se podían ver en la Feria del Paseo de Recoletos, desde las ediciones modernas, saldadas, al libro antiguo. El comprador de antiguo prefiere en feria los libros ilustrados, esa compra casual que va metiendo en el cuerpo el gusanillo del coleccionismo a base de grabados. No necesariamente ese libro de Genaro Pérez Villaamil, la España artística y documental, con 147 litografías del pintor romántico, que seguramente está entre lo más espectacular vendido en esta feria, sino esos otros del siglo pasado, con sus ediciones pulcras y su papel inencontrable hoy, aunque muchas veces hayan tenido que ser restaurados y encuadernados.Por ahí están, coincidiendo con la moda cultural general -después de todo, estos temas no se inventan, y todo se hizo antes, y en este caso, seguramente mejor- los libros de viajes, y concretamente de viajes por España. Los más costosos serán los del siglo XVIII, esa España especial vista por los viajeros ingleses y franceses que contagiarán a su gente para convertirnos en un tema romántico. Pero también hay maravillas de la primera mitad del XIX, coincidiendo ya con el movimiento romántico, en los que la conciencia de exotismo hace llegar los libros a algo más que la sorprendida descripción del viajero primerizo.

Naturalmente, este tipo de libros se importan. Se compran en los mercados internacionales, que están en Londres y en París sobre todo, pero también en Europa Central y hasta ahora en Lisboa. En los últimos años el mercado lisboeta ha subido extraordinariamente de precio y los libreros consideran que resulta antieconómico. Son casi todos en francés e inglés, llevan ilustraciones, casi siempre a plumilla como caracteriza los libros de la época, y muy pocas veces se tradujeron y editaron en España.

También los precios del mercado español han subido, aunque los libreros dicen que es el coste de la vida lo que realmente sube, que después de todo, por el precio de una entrada de fútbol se puede comprar un buen libro. Con todo, este aumento de los precios que nadie niega no ha quitado compradores a la feria de Lance, que ha vendido quijotes antiguos, las cotizadísimas princeps de la Generación del 27, que están más caras que un libro gótico, por ejemplo, o innumerables productos de la edición española de primeros de siglo, con' sus portadas art nouveau o sus viñetas decó.

En resumen, los libreros están satisfechos. Primero, porque la feria está ya suficientemente implantada en Madrid, casi tanto como la de septiembre barcelonesa, que lleva ya 31 ediciones. Después, porque empiezan a ver los frutos de las ferias en las visitas cotidianas a sus librerías.