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Horas cruciales en el conflicto de las Malvinas

La CEE aplaza hasta el último minuto la decisión de prolongar las sanciones contra Argentina

Soledad Gallego-Díaz

La Comunidad Económica Europea (CEE) no aprobará hasta el último minuto la prolongación de las sanciones comerciales contra Argentina en un intento de presionar al máximo al Gobierno británico para que, en el plano internacional, preste la mayor atención a las propuestas del secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar y, sobre todo, para que en el plano comunitario haga más flexibles sus exigencias respecto al presupuesto de la CEE

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Los directores de políticas de los diez y los representantes permanentes de la CEE se reunieron ayer en Bruselas para estudiar la prolongación de las sanciones contra Buenos Aires, que expiran mañana lunes, día 17. Los italianos, apoyados por los irlandeses, exigían que la decisión se adoptara en una reunión del Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores. Durante más de dos horas los diez discutieron encrnizadamente sobre la fecha de dicha reunión: algunos países, como la propia Gran Bretaña, querían que se convocara para hoy mismo, mientras que otros como Francia, Irlanda e Italia proponían retrasarlo hasta el lunes. Finalmente se decidió convocar la reunión para esta misma tarde."Necesitamos tiempo", -explicaron los portavoces italianos-, "porque para nosotros no se trata de un problema, de falta de solidaridad con Gran Bretaña sino de un problema de política interna". El Partido Socialista Italiano ha amenazado con provocar una crisis gubernamental si las sanciones se prolongan sin la intervención del Parlamento.. "Hay que tener en cuenta", afirmó textualmente el portavoz italiano, "que nuestras relaciones con Argentina son del mismo tipo que las que mantienen Gran Bretaña y Canadá".

Las explicaciones de Italia, como las de Irlanda y Francia, no han ocultado la auténtica raíz del problema: La CEE teme que el Gobierno de Margaret Thatcher, una vez prorrogadas las sanciones, mantenga su extrema dureza en los problemas estrictamente comunitarios y siga vetando el lunes, en la reunión de ministros de Agricultura, el aumento de los precios agrícolas, como viene haciendo desde hace casi dos meses.

Los nueve saben que si de aquí al lunes o al martes no se ha producido un cambio importante en el conflicto de las Malvinas deberán aceptar la prórroga de las sanciones, no sólo para mantener la imagen de coherencia de la CEE y el principio de solidaridad interna, sino también para responder a las presiones de Estados Unidos, que no consentirá quedarse solo con su propio embargo.

Si el lunes no existe acuerdo sobre precios agrícolas y sobre la contribución británica al presupuesto de la CEE (ver página 51, en la sección de Economía), algunos países están dispuestos a suscitar problemas técnicos con el fin de alargar cuanto se pueda la discusión sobre las sanciones

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La excusa técnica será la aplicación de uno u otro artículo del tratado de Roma. Las sanciones acordadas el 17 de abril se basaron jurídicamente en el artículo 113 que establece la capacidad de la Comunidad Económica Europea, como institución, para adoptar medidas de este tipo. El artículo 214, que defendió entonces Dinamarca y que cuenta ahora con el apoyo de Irlanda e Italia, quita solemnidad al acuerdo porque lo reduciría a medidas nacionales coordinadas, lo que quiere decir que cada país puede adoptar las sanciones que estime más convenientes.

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