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El escultor Martín Chirino recibe un homenaje popular en Canarias

La Junta de Canarias, el Cabildo Insular y el Ayuntamiento de Las Palmas rendirán a partir de hoy una semana de homenaje popular al escultor Martín Chirino, en el curso del cual será nombrado hijo predilecto de la ciudad, al tiempo que se exhibe en el Museo de la Casa de Colón en Las Palmas una exposición antológica de su obra

"Lo que más me emociona de este homenaje", dice Martín Chirino, "es que parece que va a tener carácter popular, con muchos grupos folklóricos que van a intervenir y actos en la calle".Paralelamente, el Museo Metropolitano de Nueva York ha acogido en su fondo una obra de este artista, Io que supone un reconocimiento internacional que en el caso del citado museo no seprodiga con artistas vivos.

Para la calle, precisamente, es la escultura que Martín Chirino proyectará y realizará. "Me han reservado un lugar muy hermoso, en la trasera de la catedral, en el barrio de Vegueta, que es el resto de la ciudad colonial. Me voy a tomar un poco de tiempo, porque hay que pensar una gran escultura monumental, acorde con la arquitectura de una plaza que está en remodelación y conservación. Pero el lugar es muy hermoso, y el entorno, también. La plaza, que ahora es peatonal, está en estudio para su restauración, y con todo eso hay que contar para mi escultura".

En cuanto a la exposición, que se inaugura junto al resto de los actos el día 10 de mayo, es, según Martín Chirino, "una muestra antológica, no todo lo extensa que debería, porque los coleccionistas son reacios a prestar sus obras, pero que tiene un par de muestras de cada época". De su propia trayectoria dice el escultor: "En un principio, hice escultura inspirada en nuestra tradición. Diríamos que yo hacía especulación en lo ancestral, en lo que nos habían dejado los guanches. Era la época de las reinas negras hechas con maderas y piedras".

Epoca de El Paso

"A partir de 1955, en que Manolo Millares y yo nos vinimos a Madrid y empezamos a formar parte del grupo El Paso", sigue Martín Chirino, "mi escultura se hizo más informalista, y más cercana a la escultura de moda. Digamos que fue una época de enorme curiosidad por lo que se hacía en el mundo, que se fue ampliando en los años que siguieron, y que, desde una abstracción, buscaba sin embargo no abandonar lo otro, lo ancestral, la isla Cirlot contaba en, una de las crónicas que hacía para Papeles de Son Armadans lo que le había extrañado de mi escultura, que era precisamente el origen, la preocupación por el pasado cultural, por los esquemas tradicionales"."Entonces", sigue Martín Chirino, "yo seguí trabajando. Expuse en París, Roma, Nueva York, y aproveché también para ver lo que se hacía en estas ciudades. Y llego a un momento, que no sé si es de madurez, en el que ya me centro en Canarias como raíz estética y sentimental. Todo este giro cuaja en la exposición Afrocán, de 1976, en la galería Juana Mordó, de Madrid, que fue tan escandalosa, tan controvertida, pero que para mí es fundamental y muy importante. Parcialmente se vio también en Barcelona, y entera, en Canarias y Nueva York. Y allí, en Nueva York, ha funcionado de una manera realmente espléndida, o al menos asi lo vio el crítico John Ashbury, y más tarde, Hilton Kramer, del New York Times".

Técnicas reduccionistas

En Nueva York acaba de exponer con enorme éxito Martín Chirino, en la galería Grace Borgenicht, las obras de sus dos últimos años, sobre las que dice: "Ahora creo que he aplicado técnicas reduccionistas sobre lo anterior. No es propiamente minimal, pero sí se ha continuado con la tendencia reduccionista que aparecía en Afrocán".

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