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Clima bélico en el Atlántico sur

Los británicos emplearan una 'aproximación indirecta' para asaltar las Malvinas

Las operaciones británicas contra las guarniciones argentinas en las islas Malvinas van a seguir muy probablemente una estrategia conocida como aproximación indirecta. Destacadas fuentes militares descartan un asalto directo a Puerto Argentino (ex Puerto Stanley) y su aeropuerto, los dos centros de la defensa argentina.

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Las perspectivas de un rápido empeoramiento climatalógico en el Atlántico sur han llevado a los analistas militares de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a concluir que el destacamento británico ha descartado la idea de emplear sus fragatas y destructores para forzar un bloqueo. Con esta opción desechada, el almirante John F. Woodward, comandante del destacamento, se enfrenta a la difícil aunque no imposible tarea de lanzar un desembarco de grandes proporciones.La mayor amenaza al éxito de la operación, piensan los analistas son los tres submarinos que aún tiene Argentina. Dos de ellos, construidos en la República Federal de Alemania, son bastante modernos y el otro es un navío de la clase Guppy, de la segunda guerra mundial comprado a Estados Unidos.

Un segundo submarino de la clase Guppy fue dañado durante el asalto británico a la islas Georgias del Sur.

Lo que piensan los analistas es que, como consecuencia de este riesgo, el destacamento británico permanecerá a unas cien millas al este de las islas y esperará una situación climatológica favorable para lanzar el ataque.

El asalto, según la creencia de los analistas, se lanzará bajo la protección de la oscuridad. Los helicópteros transportarán la primera ola de tropas a los puntos previstos, mientras otras tropas y material pesado les seguirán en e siguiente periodo de oscuridad.

Comandos de infantes de marina constituirán muy probablemente el grueso de la fuerza. Dos unidades -los comandos 40 y 42- forman parte del destacamento aeronaval.

Una compañía, unos 130 hombres, del comando 42 fue separada del grueso del destacamento para el ataque del domingo contra las Georgias del sur.

Aunque un ataque directo a Puerto Argentino, la capital de las Malvinas, y su aeropuerto, parece haber sido descartado por el momento, la mayoría de los puntos iniciales de aterrizaje estarán muy cerca de esta localidad. Los especialistas en guerra submarina creen que los británicos también enviarían fuerzas a Puerto Darwin, 70 kilómetros al suroeste de Puerto Argentino.

El objetivo podría ser el establecimiento de un foco de atención en Darwin que distrajera a los argentinos de los puntos principales, cerca de la capital.

El mayor inconveniente para los atacantes es su falta de adecuado apoyo aéreo. Los diez Hatrier con que cuenta ahora la flota británica serán pronto reforzados con otras diez unidades, según ha manifestado una fuente próxima a la operación.

Pero los caza-bombarderos quedarían anulados si la fuerza aérea argentina recurre a todos sus Mirages y Dagger en el enfrentamiento.

Fuentes británicas puntualizán, sin embargo, que los aviones argentinos tendrían que actuar en el límite de su alcance de combate y que el repostar en malas condiciones meteorológicas afectaría a su operatividad.

El tiempo de que dispondrían los cazabombarderos para combatir sería muy pequeño por tales dificultades.

También hay señales de que los submarinos británicos se emplearían contra los barcos argentinos que se acercasen a las islas. Londres no ha revelado con cuantes submarinos cuenta en el área, pero se cree que son tres, nucleares.

Drew Middelton es el especialista en asunto militares del New York Times.

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