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El Día de Sant Jordi marcó la fecha culminante de la campaña de normalización del catalán

Libros y rosas protagonizaron la fiesta del patrón de Cataluña

Barcelona celebró ayer la festividad de Sant Jordi, patrón de Cataluña y Día del Libro. La jornada fue la fecha culminante de la campaña por la normalización de la lengua catalana. Alrededor de quinientas librerías y editoriales instalaron stands de ventas de libros en las calles barcelonesas. Como es tradicional, la plaza de Cataluña, el paseo de Gracia y las Ramblas fue las zona que centró la atención del público donde, además del libro, se vendieron y regalaron millares de rosas rojas.

El nivel de ventas de libros fue alto. Para algunas editoriales, el de Sant Jordi significa entre el 15 y el 47% de su facturación actual. Los géneros más vendidos fueron la novela, poesía y libro infantil. El presidente de la Generalidad, Jordi Pujol, conmem,oró su onomástica ofreciendo un desayuno en el palacio de la Generalidad a personalidades de la política y de la Cultura catalanas.Ayer era la fecha culminante de la campaña para la normalización de la lengua catalana. Por este motivo se organizaron diversos actos y se repartieron millares de folletos explicativos del contenido de la campaña que pretende incrementar el uso del catalán y potenciar la conversación bilingüe en Cataluña.

Doce horas con el libro

En el centro de la plaza de Cataluña, el Ayuntamiento de Barcelona organizó el acto Dotze hores amb el llibre (Doce horas con el libro). De las diez de la mañana a las diez de la noche hubo diversos debates sobre temas culturales y actuaciones de cantantes catalanes, como Pau Riva, Marina Rosell, Francesc Pi de la Serra, la compañía Eléctrica Darma y la Trinca, entre otros. El área de juventud del Ayuntamiento de Barcelona organizó desde las once de la mañana hasta las ocho de la tarde, ininterrumpidamente, un encuentro de poesía en la plaza del Rey. En el encuentro participaron todos los jóvenes que quisieron escribir sus poemas en globos que luego hicieron elevar con el fin de que, al descender sobre diversos lugares de Barcelona, los ciudadanos tuvieran a mano un poema de alguien a quien no conocían.

Entrega del Ramón Llull

Por otra parte, anteanoche fue concedido, en el curso de una cena en el hotel Ritz de Barcelona, el premio Ramón Llull de novela catalana en su segunda edición, convocado por editorial Planeta. El escritor catalán, residente en Ginebra, Ramón Folch y Camarasa fue quien obtuvo el premio con su obra Sala de miralls (Sala de espejos). Folch y Camarasa hijo del que fuera ilustre escritor José María Folch y Torres, presentó su obra con el pseudónimo de "Palau". Como finalista quedó la novela Julia, de Isabel Clara Simó. El premio Ramón Llull está dotado con dos millones de pesetas.

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