El Senado de EE UU presiona sobre Reagan para que imponga sanciones a Argentina

Con la presencia del ministro británico de Asuntos Exteriores, Francis Pym, y el anuncio de la llegada, este fin de semana, del canciller argentino, Nicanor Costa Méndez, Washington se ha convertido en el centro neurálgico para la búsqueda de un compromiso político que evite la confrontación bélica entre argentinos y británicos.Pero los esfuerzos de mediación de la Administración Reagan quedan menguados por la insistencia en el Congreso de que EE UU debe imponer sanciones económicas contra Argentina, siguiendo el ejemplo de los países de las Comunidades Europeas, ante la negativa de Buenos Aires a aplicar la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, que pide la retirada de las tropas argentinas de las islas.

Por otra parte, la embajadora de Estados Unidos en la ONU, Jeane Kirkpatrick, consideró que los argentinos son claramente los agresores en el conflicto de las Malvinas. Es la primera vez que, a alto nivel, un miembro de la Administración Reagan se expresa con tanta nitidez, marcando una línea netamente probritánica.

Francis Pym llegó a Washington en el avíón supersónico Concorde, iniciando rápidamente su primera sesión de trabajo con el secretario de Estado, Alexander Haig. Londres presentó su plan de paz para las Malvinas, como contraoferta al arrancado por Haig, la semana pasada, en Buenos Aires.

El Gobierno de Margaret Thatcher insistiría en la retirada de las tropas argentinas de las islas, el restablecimiento de la autoridad británica (con flexibilidad, al parecer, para compartirla con Estados Unidos y Argentina) y el inicio de un proceso descolonizador a largo plazo.

"No voy a disimular que hay dificultades reales y obstáculos", dijo Pym a su llegada al aeropuerto, "pero intentaremos concluir un acuerdo pacífico".

Recordó, sin embargo, que el Reino Unido "está preparado para usar la fuerza, si es la única vía para conseguir la seguridad, libertad y autodeterminación" de las islas.

El plan británico será el tema central de la posible entrevista, en Washington, entre Pym y Costa Méndez, bajo los auspicios de Haig. Sin embargo, el viaje de Nicanor Costa Méndez a Washington está oficialmente en función del Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores de la Organización de Estados Americanos (OEA), convocado, a petición de Argentina, para el próximo lunes, a fin de invocar el Tratado de Río de Janeiro de solidaridad y asistencia mutua entre países americanos en caso de agresión británica en las Malvinas.

Según informaciones procedentes de Londres, publicadas por el diario The New York Times, los detalles del plan británico presentados por Pym a Haig constarían, además de la retirada inicial de las tropas argentinas, de la instauración de un período temporal durante el cual tan sólo la bandera británica volvería a ondear sobre las islas. También habría sólo policía británica para garantizar la seguridad de los habitantes, a quienes el Gobíerno de Londres consultaría en relación con sus deseos, favoreciendo la inmígración de quienes lo desearan, al tiempo que se negociaría el futuro trasvase de poderes a Argentina.