Nicaragua se opone a negociar sin un compromiso formal de Estados Unidos de no intervención

"Mientras Estados Unidos no garantice plenamente que no va a agredir a nuestro país, no puede haber negociación", ha declarado el ministro del Interior de Nicaragua, comandante Tomás Borge, al ser preguntado sobre el plan de cinco puntos propuesto por el secretario de Estado norteamericano, Alexander Haig. "No se puede negociar con una pistola en el pecho"El ministro de Relaciones Exteriores, Miguel D'Escoto, ha manifestado por su parte que la cancillería nicaragüense hará pública una nota sobre este tema en los próximos días. El vicecanciller Víctor Tinoco fue más diplomático que Borge, al apuntar que el Gobierno sandinista está recabando información de México sobre la propuesta de Haig, a fin de conocer más detalles. Consideró positivo que haya nuevos planes para pacificar el área centroamericana.

La tensión en la zona, principalmente en la frontera hondureño-nicaragüense y en el golfo de Fonseca, ha aumentado en las últimas horas. Tras los sabotajes del domingo contra dos puentes, el miércoles se registró en el departamento nicaragüense de Zelaya norte un combate que duró más de tres horas entre soldados del Ejército sandinista y un grupo contrarrevolucionario formado por unos ochenta hombres.

El mismo día, un pesquero nicaragüense que navegaba en el golfo de Fonseca, a una milla de Punta Ñata, fue atacado por un guardacostas salvadoreño. A bordo del pesquero Subtiava viajaba una custodia de la Marina de guerra sandinista. Entre ambos navíos se estableció un tiroteo en el que resultó herido el sargento nicaragüense Bernardo Avila.

Un incidente similar se había producido el domingo entre otro pesquero nicaragüense y dos patrulleras hondureñas. Según la versión de este último país, un bote nicaragüense sin identificación habría atacado en aguas jurisdiccionales de Honduras a una patrullera y a un barco de rescate.

El viceministro nicaragüense de Exteriores, en una nota de protesta elevada a la cancillería de Honduras, señala las incongruencias de está versión, iniciada por el hecho de que Honduras carece de aguas jurisdiccionales en el Pacífico, más allá del propio golfo de Fonseca.

El enrarecimiento progresivo de las relaciones entre Nicaragua y Honduras se interpreta aquí como un elemento más de una tensión atizada desde Estados Unidos, a cuyo Gobierno acusa la Prensa nicaragüense de condescendencia con unos grupos armados que desde Miami han reivindicado la voladura de dos puentes en Nicaragua, sin que las autoridades norteamericanas hayan tomado cartas en el asunto, pese a la evidente violación de la ley de neutralidad.

El grupo que reivindicó estas acciones es el Ejército de Liberación Nacional, que capitanea el comandante Juan Carlos, un español llamado Pedro Ortega que residió en Managua durante los años anteriores a la caída de Somoza.

En todo el país se refuerzan las medidas de seguridad, y para los próximos días se anuncia un detallado plan de defensa civil, que deberá ser puesto en práctica si se produce la temida agresión exterior. Los planes desestabilizadores de la CIA denunciados por la Prensa norteamericana no han logrado más que forzar a la oposición moderada para que se ponga del lado de la ley de emergencia.

En una reunión con más de doscientos empresarios, Sergio Ramírez, miembro de la Junta de Reconstrucción, explicó el miércoles los alcances de la ley de emergencia y sus fines, entre ellos impedir que la Prensa se convierta en altavoz de los planes de desestabilización y evitar que empresarios privados y profesionales abandonen el proceso en esta etapa.