La propuesta norteamericana para organizar el 'Reagan round' no obtiene respuesta

ENVIADO ESPECIAL Un cierto sentimiento fatalista, que marcaba el declinar de la industria europea frente al reto japonés -la creciente amenaza del Tercer Mundo-, recorrió ayer las aulas del simposio de Davos (Suiza), donde quinientos empresarios y políticos de talante trilateral debaten informalmente el futuro económico del mundo.

Mientras algunos reaccionaban favorablemente a las propuestas realizadas aquí anteayer por el embajador William E. Brock, en nombre de la Administración Reagan, para relanzar la próxima conferencia ministerial del GATT, en noviembre de 1982, como el principio de un Reagan round de carácter mundial, de varios años de duración y mayor profundidad que los anteriores -incluyendo liberalización de capitales y servicios-, otros expresaron sus temores y dudas sobre el papel de Europa en una economía internacional más abierta y competitiva.El ministro de Industria de Arabla Saudí y poeta, Ghazi Algosaibi, intervino en la sesión plenaria de ayer con un discurso extraordinariamente sensible y comprensivo sobre la industrialización del Tercer Mundo como arnenaza para la industria europea. A continuación lo hizo el presidente ejecutivo de Sony Corporation, Akio Morita, en torno al retojaponés y su efecto estirnulante. Ambas intervenciones, y los posteriores debates generados por ellas, pusieron de niani iesto un notable pesimismo europeo, bastante generalizado en torno al repliegue industrial del viejo continente, a la paulatina pérdida de posiciones en innovación, imaginación y alta tecnología, en favor de áreas como Japón o Estados Unidos, y en productividad y competitividad, en favor de la industrialización del Tercer Mundo.

Tanto el representante del Gobierno saudí como el de la industria japonesa compartieron sus deseos de combatir las tentaciones proteccionistas que amenazan la economía mundial, en línea con todas las anteriores intervenciones de los máximos dirigentes de la OCDE, del FMI, del GATT y del embajador norteamericano, William Brock, apoyando la permanente liberalización del comercio mundial.

El presidente de Sony, Akio Morita, trató de quitar miedo a los empresarios europeos concentrados aquí, describiendo las bases del desarrollo económico de Japón y animándoles a seguir el mismo camino. "Estoy convencido", dijo el empresario japonés, "de que la tecnología es la única herramienta que tenemos para superar las condiciones que amenazan con hacer nuestra vida cada vez más y más difícil".

El ministro de Industria de Arabla Saudi, Algosaibi, criticó "las nuevas rnedidas proteccionistas establecidas por muchos países del árca de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que han reaccionado exageradamente contra el incremento de exportaciones de bienes manufacturados del Tercer Mundo, como si se tratara de una gran amenaza exterior.

Al término de la sesión plenaria, los participantes en este concilio empresarial, organizado como unos auténticos ejercicios espirituales, con meditaciones y coloquios en torno al libre mercado como religión y contra la participación del Gobierno en la economía como si del diablo se tratara, se han producido nuevas reacciones en torno al llamamiento del representante norteamericano, William Brock, para impulsar un Reagan round mundial más amplio y duradero que el Kennedy round o el Tokio round, de cuyos benéficos efectos sobre el libre comercio todos se felicitan públicamente aquí, en Davos.

Aunque no ha sido confirmado por los representantes del GATT, es posible que la primera reunión preparatoria de la conferencia ministerial del próximo noviembre tenga lugar en Ginebra durante la segunda semana de este mes de febrero. Aún no se han producido reacciones gubernamentales públicas a la oferta norteamericana, realizada anteayer en el simposio del European Management Forum para promover permanentes conversaciones multilaterales que liberalicen el comercio mundial y superen las tentaciones proteccionistas de autodefensa.